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Edouard Martinet posee el talento de transformar objetos cotidianos que se encuentran en los mercados de pulgas y las ventas de garage, en obras de arte que parecen tener vida.

El artista esculpe varios tipos de animales e insectos, trabajando con una variedad de materiales de desecho tales como recipientes de cocina oxidados, piezas de máquinas de escribir, luces de coches y otros metales de chatarra.


Martinet nació en Le Mains, Francia en 1963. Estudió arte en ESAC, París y se graduó en 1988.


Sus esculturas son creadas sin el uso de una soldadora y sólo con unos cuantos tornillos.


Edouard logra encajar cada componente en su lugar, como si armara las piezas de un rompecabezas al azar. Cada obra maestra es cuidadosamente montada después de haber realizado varios bocetos detallados. Este proceso necesita una cantidad de tiempo considerable para pasar de la idea a realización.


El bestiario metálico de Martinet está compuesto por insectos, anfibios, peces, aves…

 

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