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¿Cuánto frío puede llegar a hacer en la superficie terrestre? Más frío de lo que pensábamos, aparentemente. Aproximadamente, -97,8°C, según recientes mediciones por satélite del lugar más frío conocido en nuestro planeta.

Un equipo de científicos registró en Junio 2018 esta temperatura extrema en la capa de hielo en medio de la Antártida durante el largo y oscuro invierno polar. Según publicó Geophysical Research Letters, el equipo cree que es la temperatura más fría que puede alcanzar nuestro planeta.

Las medidas baten el récord anterior de la temperatura del aire más fría conocida en el mundo natural. Ese honor es para los investigadores de la estación Vostok de Rusia, también en la Meseta Antártica Oriental, quienes calcularon la temperatura, en julio de 1983, a unos gélidos -89.2°C.

“Nunca he estado en condiciones tan frías, y espero no hacerlo nunca. Me dijeron que cada respiración es dolorosa, y hay que tener mucho cuidado de no congelar parte de la garganta o los pulmones al inhalar”, afirma el líder del estudio Ted Scambos, investigador en el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de la Universidad de Colorado, Boulder.

Estas nuevas temperaturas refieren a lecturas tomadas remotamente desde satélites en el espacio que pueden detectar la temperatura en la superficie del hielo a medida que pasan sobre ella. De modo que Scambos y sus colegas escudriñaron varios años de datos tomados por el satélite, cartografiando los mínimos de temperatura. A los científicos les gusta mantener los dos tipos de mediciones separadas: aquí estamos hablando específicamente de la temperatura de la superficie de la Tierra, no del aire justo sobre el suelo, como lo haría una estación meteorológica.

Ambos tipos de mediciones son útiles para los científicos. Las estaciones meteorológicas pueden registrar las condiciones exactamente como son en un lugar específico, mientras que los satélites pueden cubrir áreas mucho mayores durante todo el día.

El nuevo estudio de los datos también arrojó algo interesante acerca de cómo se producen estos mínimos récord. Además de cielos despejados sin una sola nube o un atisbo de prismas de hielo sobre el casquete, el aire debe estar extremadamente seco.

“Conforme aumentan los gases de efecto invernadero y las concentraciones de vapor de agua, esperamos un calentamiento de entre 3 y 4°C en la Antártida. Detectar temperaturas mínimas será cada vez más infrecuente. Las probabilidades disminuyen”, añade John Turner, científico polar de la British Antarctic Survey que no participó en el estudio.

Los científicos concluyen en que podría ser un registro que no se rompa durante mucho, mucho tiempo. El aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y los niveles más altos de vapor de agua que se acumulan como resultado, significan que las condiciones necesarias para temperaturas súper frías son cada vez más raras.


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