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Teléfonos inteligentes, tabletas, bibliotecas en línea… las plataformas digitales lideran la guerra al papel en el mundo de los libros, pero la cultura del papel resiste a la revolución tecnológica. El libro de papel está anclado en nuestros hábitos, pero el digital tiene ventajas significativas. Entonces, ¿deseas permanecer apegado a la tradición o podrías ser tentado por una biblioteca virtual? Para ayudarte a elegir, te resaltamos las ventajas y desventajas de cada formato a través de una combinación de papel versus digital.

Aunque los libros electrónicos todavía no dominan el mercado, están ganando cada vez más popularidad. Y sin embargo, el libro en papel tiene muchas ventajas. En primer lugar, la comodidad de la lectura y el trabajo intelectual que proporciona el libro en papel son incomparables. La lectura puede facilitar el resaltado de un pasaje, una palabra interesante o doblar ligeramente al final de una página para regresar, cualquier cosa parecida se dificulta con el formato digital.

Si bien uno puede mantener fácilmente un libro impreso durante generaciones, un medio digital tiene una vida mucho más limitada. Todo esto sin contar el placer experimentado cuando caminas por una biblioteca real. Los libros en papel se entregan a tí, se dan a sí mismos, se reparan y se redimen. Transmiten emociones que sólo pueden entenderse al tenerlas a mano y al explorarlas.

Con los medios digitales, no es necesario tener cada libro cuidadosamente organizado por autores, temas, e ¡incluso colores! Para encontrar un libro, todo lo que necesita es una búsqueda simple. Ahorra mucho tiempo pero también mucho espacio. Una biblioteca digital cabe en un dispositivo muy pequeño que es un activo invaluable en un contexto donde cada metro cuadrado cuenta. Además, el formato digital, no plantea el problema de la edición agotada de algunas obras. Los libros electrónicos están permanentemente disponibles. Y pueden transportarse fácilmente sin restricciones de peso, a diferencia del libro en papel. Los libros electrónicos también están disponibles en formato de audio. Incluso si no se trata de leer, los audiolibros son muy útiles para evitar cansarse de los ojos y realizar otras actividades paralelas.

La forma más segura y duradera de leer y mantener la lectura es innegablemente el libro de papel. Sin embargo, el digital puede contener toda una biblioteca en un dispositivo muy pequeño que puede entrar en un bolsillo a diferencia del libro físico. Desde un punto de vista ecológico, un libro de papel es sinónimo de tala de árboles, el uso de tinta, pero sigue siendo más fácil de reciclar que un medio digital cuyos peligros medioambientales son mucho más importantes. Al contrario de lo que mucha gente cree, la impresión de la información en papel puede dañar menos el medioambiente que la huella de carbono que deja la lectura digital y la fabricación de libros electrónicos. En la actualidad las casas de edición alientan a incrementar el uso del papel reciclado en la impresión de libros como medidas más efectivas para colaborar con el medio ambiente ya que el papel es el material que más se recicla en el mundo.

En lo que respecta a los precios, depende de la colección y la plataforma elegida y ninguno de los formatos es inmune a la reproducción ilegal. Entonces, en lugar de tomar partido, ¿por qué no sacar lo mejor de ambos? Puedes intentar encontrar un equilibrio entre papel y digital sin tener que elegir.

En fin, personalmente y luego de haber probado ambos métodos, puedo afirmar que aprecio mucho más la lectura en papel que en formato digital. Hay tradiciones y hábitos de vida que no necesitan ser alcanzados por la revolución tecnológica. El libro impreso promueve compartir o intercambiar los ejemplares ya leídos. Por otro lado, el acto de dar o recibir un ejemplar de regalo se transforma en un momento especial, hasta elegir el modo de envolverlo se hace maravilloso. El libro de papel conserva la magia del tacto, el olor de la tinta, las texturas y colores, la manera de tomarlo entre las manos, de hojearlo, de ir y volver en su volumen a releer la cita preferida, de marcar las hojas con tu señalador más querido…

Y entonces, ¿cuál es tu preferencia la lecura digital o en papel?

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