🏮 Un vaso de luz
“No sólo es un producto, es un movimiento social”. Estas palabras encabezan el sitio de internet de SALt (Sustainable Alternative Lighting), un proyecto que trata de abastecer de luz a las más de 7.000 islas de Filipinas, algunas de las cuales tienen muy complicado el acceso a la electricidad.
Las lámparas de SALt funcionan con dos cucharadas de sal y un vaso de agua. Los creadores, dos jóvenes hermanos filipinos, han desarrollado una combinación eficiente de elementos y diseño que dura tres veces más que la tecnología actual disponible en el mercado. La energía se crea cuando los electrodos de metal se sumergen en agua salada, actuando como electrolito.
La idea surgió cuando Aisa Mijeno renunció a su trabajo para ser voluntaria y viajar. Afectada por la historia de su familia adoptiva de Kalinga, quienes debían emprender seis horas de caminata a Bontoc, la ciudad más cercana, para comprar kerosene, y luego caminar otras seis horas de vuelta a casa, se preguntó si habría una manera alternativa de alimentar una fuente de luz, especialmente en las zonas rurales.
“El momento eureka llegó cuando volví de mi viaje de inmersión. Fue entonces cuando comencé a experimentar con las herramientas disponibles en la escuela (la Universidad De La Salle), donde enseña. Afortunadamente, soy parte de la academia, así que puedo usar el laboratorio gratis”, recuerda Aisa.
“La ciencia detrás de la lámpara SALt existe desde hace cien años. Esa también es mi pregunta: ¿por qué la gente se desvió de usar algo tan básico como el agua salada como un medio para generar electricidad. Cuando lo piensas, eso es una batería”, agregó Aisa acerca de cómo desarrolló la lámpara.
Sus promotores aseguran que con esta fuente de energía pueden dar luz ocho horas al día durante seis meses, que es el tiempo en el que hay que sustituir los consumibles.
Acerca de los fundadores y creadores de SALt:
Aisa Mijeno miembro de la facultad de Ingeniería de la Universidad De La Salle, en Lipa, Filipinas, dió forma junto a su hermano Raphael a sus ideas. Raphael tiene experiencia en contabilidad y finanzas. Formó parte de firmas británicas y australianas, y también tiene experiencia en marketing. Raphael fue elegido como uno de los miembros pioneros de Forbes Asia’s 30 Under 30 en 2016 por su participación en SALt. Fuera del trabajo, le encanta aprender más sobre nuevas empresas, tiene un don para las artes y el diseño.
Juntos y a través de su asociación SALt con ONGs, fundaciones y unidades del gobierno local, han podido ayudar con donaciones de miles de lámparas a sus comunidades.