🐬 Efecto “Blackfish” 🐬, una película que puso en jaque a una corporación
La empresa estadounidense SeaWorld, que posee la mayoría de las orcas para espectáculos en Estados Unidos y Europa, anunció este jueves el final de su programa de reproducción de estos mamíferos marinos en cautividad, lo que significa un enorme logro para los defensores de los derechos de los animales.
Pocas veces se ha producido una victoria tan contundente de David contra Goliat: desde el estreno en 2013 del documental Black Fish, el movimiento para la liberación de las orcas se convirtió en “una pesadilla de relaciones públicas” para SeaWorld, según reconoció la propia compañía. Al final, se ha rendido.
En un informe la compañía reconoció que está sufriendo importantes pérdidas. En los primeros 9 meses de 2016 han bajado sus ganancias en 1.08 billones de dólares.
El presidente de SeaWorld, Joel Manby, señaló en un comunicado de prensa:
“Nuestros clientes visitan los parques marítimos, en parte, para ver orcas. Pero un creciente número de personas piensa que las orcas no deben estar en cautividad. Esta será la última generación de orcas en cautiverio y cambiaremos la forma en que nuestros visitantes contemplarán a estos magníficos animales. Con esta cambio de política estamos proporcionando una experiencia realmente importante”.
Por lo tanto, no solo dejarán de reproducirse en cautividad, su captura está prohibida en numerosos países, sino que ya no organizarán espectáculos con orcas.
Muchas organizaciones protectoras de animales creen que el anuncio de cambios en su parque de diversiones en pos del bienestar animal son sólo adornos, ya que se podría revertir totalmente la cuestión trasladando a los animales a santuarios naturales.
De todas formas, Seaworld sigue facturando mucho dinero, pero con la disminución de sus ventas queda claro que la gente está tomando cada vez más consciencia sobre el abuso de los animales en parques de diversiones donde son mantenidos en cautiverio y sacados de su hábitat natural para entretener a los humanos.