🚥 El regreso de un clásico. Con una apuesta renovada llegan los creadores del Snake
La novedad es que Nokia vuelve a producir y vender teléfonos móviles.
Imagínate que es 2002 y acabas de obtener otra puntuación más alta en el Snake en tu Nokia 3310. Luego llamas a tu mamá para averiguar a qué hora es la cena y envías un mensaje a tu papá preguntando si llegará tarde del trabajo.
Ahora, saltamos velozmente nueve años a 2011. Después de un incendio en la casa, haber sido tiroteado en una guerra de pandillas, que un perro orinara en él y que alguna persona haya tratado de hackearlo, ese mismo teléfono sigue encendido y funcionando.
Esto es todo lo que asociamos con la marca finlandesa Nokia. A pesar de todas sus altibajos con otros modelos y su incapacidad para mantenerse al día en la competencia con los Samsungs e iPhones, muchos todavía siguen creyendo que el 3310 es el mejor teléfono que jamás se haya hecho.
La compañía de tecnología está retrocediendo los años, desafortunadamente no tan lejos como a principios del año 2000. Actualmente está produciendo un nuevo lote de teléfonos para competir contra otras marcas que la han superado desde el cambio de siglo. En su sitio web ya está mostrando algunos teléfonos con muy buena apariencia, pero se cree que en breve añadirán teléfonos inteligentes y tabletas mucho más avanzados.
La empresa HMD Global con sede en Helsinki ha llegado a un acuerdo con Nokia con el objetivo de catapultarla y colocarla en el lugar de superpotencia mundial que una vez fue en tiempos pasados.
Previamente Microsoft había comprado Nokia, pero la combinación con Windows resultó en un fracaso, una pesadilla desastrosa y exasperarte. Ahora, después de enfocarse en el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones, la marca ha sido licenciada a HMD Global.
“En manos de Microsoft la compañía se estaba devaluando aproximadamente un 15 por ciento al año, pero estamos convencidos de que sigue siendo un negocio muy rentable y lo mas importante, global”, dijo el presidente ejecutivo Arto Nummela.
El plan es producir teléfonos Android que pueden competir con los de Apple y Samsung el próximo año. Serán construidos por una compañía llamada Foxconn en China y Vietnam.