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El puente de Øresund tiene aproximadamente 16 km de largo de carreteras y ferrocarriles para unir a Suecia y Dinamarca. Consta de tres secciones: un puente, una isla artificial y un túnel. Pero es mucho más que eso…

El concepto de un enlace fijo a través de Øresund no es nuevo. Durante siglos, la región presentó un obstáculo para el transporte de pasajeros y de carga entre ambos países. Por otra parte, también representaba una barrera psicológica simplemente porque el mero pensamiento de un viaje complicado dificultó el comercio y las relaciones más estrechas.

Con el auge de la industrialización y la internacionalización en Europa, la idea de un vínculo fijo se hizo más plausible. Desde comienzos del siglo XX, se presentaron varias propuestas, aunque la falta de financiación y apoyo político significó que los proyectos nunca pasaron del tablero de dibujo a la realidad.

La decisión de construir el puente entre Copenhague y Malmö se basó en el deseo de acercar las dos principales ciudades de la región de Øresund. Estratégicamente, la posición del puente cerca del aeropuerto de Copenhague también jugó un papel importante.

Øresundsbro Konsortiet es propiedad conjunta de los estados danés y sueco. Como propietario y operador independiente, este consorcio es responsable de proporcionar un viaje rápido, seguro y conveniente a través de Øresund a precios competitivos tanto para clientes privados como corporativos. Los ingresos deben cubrir los gastos de funcionamiento e intereses y financiar el reembolso de los préstamos concedidos para la construcción del enlace costa-costa y las obras de ambos lados de Øresund.

Vinculando el puente y el túnel, la isla Peberholm, hecha por el hombre, fue construida para permitir que el tráfico ferroviario y vehicular sea derivado al túnel de 4 km. donde la circulación funciona en el mismo nivel.

El límite de velocidad en la autopista es generalmente 90 kilómetros por hora en el túnel y 110 kilómetros por hora en el acoplamiento.

La facilidad de traslado entre ambos países ha inspirado lazos de vecindad estrechos, que han impulsado a habitantes de ambas márgenes a trabajar, estudiar, mudarse y hacer sus compras en el país vecino. El puente se ha transformado en mucho más que una megaobra arquitectónica… ha unido a dos países, a decenas de comunidades y a millones de personas.

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