🍜 ¿Que tienes pensado para cenar hoy? Te sugerimos cual podría ser un sabroso plato tabú
Los insectos comestibles podrían ser el próximo tabú sabroso para tu plato.
Entra en un restaurante gurmet en Oaxaca, México, y es posible que vea chapulines en el menú.
En México y muchos países alrededor del mundo, no es raro ver una variedad de bichos en el menú. Los chapulines, conocidos en otras partes de américa como saltamontes o grillos, se pueden servir como aperitivos de la barra, o como alimento de la calle, pero también hacen al menú en las cocinas más exclusivas.
“Muchos restaurantes refinados, especialmente en Oaxaca, sirven chapulines”, dijo Myles Snider, una cocinera estadounidense que se entrenó en la ciudad de México y ha trabajado en restaurantes de Tulum.
La cultura por servir insectos como alimento allí difiere de los Estados Unidos y gran parte de Europa.
“Está mucho más normalizado aquí. Creo que la gente reconoce que es un insecto, por lo que saben que los extranjeros pueden tener ciertas reservas al momento de comerlo, pero luego, la mayoría de las personas simplemente descubren que son deliciosos”, dijo Snider.
En los Estados Unidos, la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a encontrar insectos en el menú. ¿Podrían y deberían convertirse en parte de nuestra oferta gastronómica?
Para muchos, la simple mención de comer insectos desencadena una reacción instantánea de asco. Pero, ¿qué es exactamente lo que nos disgusta cuando de comer bichos se trata?
El desagrado es una respuesta que nuestro cuerpo usa para evitar que hagamos cosas que son malas para nosotros.
Nos han enseñado desde que éramos niños que los insectos son desagradables, por lo que la idea de ponerlos en nuestra boca es algo que nuestro cuerpo naturalmente rechaza.
Por lo tanto, en la cultura occidental, la entomofagia (como los pros la llaman) ha desarrollado un estigma asociado con la pobreza y las condiciones de vida humilde, ya que asumimos que las culturas que confían en lo que consideramos “asqueroso” como fuente primaria de alimentos, lo hacen por desesperación. ¡Pero no es así!
La realidad es que los insectos son una parte regular de la dieta humana en todo el mundo, no sólo en los estratos socio-económicos más bajos. Simplemente aún no han superado los límites del paladar de las sociedades acomodadas.
Sin embargo, los insectos tienen mucho que ofrecer, por lo que podría valer la pena considerar ¡añadirlos a tu lista de alimentos esta semana!
Aquí te contamos 11 cosas que los insectos comestibles tienen para ofrecer:
1. Es mucho más fácil cultivar grillos que cultivar vacas. Mientras que el ganado requiere tierra, alimento y equipo – todos los cuales cuestan bastante – los insectos son carroñeros y pueden subsistir por sí solos.
2. Las granjas de insectos pueden ser escaladas a cualquier tamaño y puede consistir en tan poco como un contenedor aireado, una toalla húmeda, y restos de comida o compost. Eso significa que cualquier persona puede ser un granjero de insectos, no importa su situación financiera.
3. Dado que la geografía no es tanto un factor en la cría de insectos, el potencial de crecimiento de la misma como una industria no está limitada por la ubicación. Un boom en la agricultura de insectos podría beneficiar tanto a las ciudades como a las zonas rurales.
4. Dado que la industria alimentaria puede mantenerse relativamente estable en épocas de crisis económica, la agricultura de insectos podría aumentar la fiabilidad del trabajo en zonas que no son propicias para la agricultura tradicional.
5. Añadir insectos a la dieta mundial podría ayudar a resolver el hambre en el mundo. Los insectos son una fuente rica en nutrientes de proteínas que se pueden cultivar localmente en cualquier ambiente. Ningún otro producto ganadero o cultivo proporciona los mismos beneficios a un costo tan bajo de mantenimiento.
6. La agricultura de insectos es respetuosa con el medio ambiente. Dado que los insectos requieren tan poco para prosperar, ponen mucho menos presión en recursos globales finitos como grano, agua y bienes raíces.
7. La producción de carne tiene un efecto enorme sobre la escasez mundial de agua. Un kilo de carne requiere casi 15.000 litros de agua. Por el contrario, los productores del grillo en gran escala afirman que producir un kilo de grillos requiere solamente 4 litros de agua.
8. La huella hídrica de los grillos es tan pequeña, de hecho, que algunos lugares como Bitwater Farms han encontrado que puede producirse solamente con agua de lluvia.
9. Ciertos tipos de grillos pueden tener aproximadamente tanto o incluso hasta el doble de contenido de proteínas que la carne vacuna, por lo general con mucha menos grasa.
10. Es posible incorporar insectos en las comidas más sutilmente que simplemente trozarlos como verduras. Los grillos se pueden moler en una harina proteíca que se pueda utilizar en una variedad de maneras, incluyendo horneada, como suplemento dietético, o como substituto de otras fuentes de proteína como la soja.
11. La proteína de insecto tiene el interés mundial de las “stat-ups” o desarrolladores de negocios. En 2014, la compañía de barras protéicas de grillo Chapul obtuvo un acuerdo comercial de $ 50.000 dólares con el inversor Mark Cuban de Shark Tank Inc. Otros inversionistas están siguiendo el ejemplo. A principios de este año, una compañía de alimentos energizantes similar llamada Exo recaudó 4 millones de dólares en su primera ronda de financiación.