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La primera carretera solar del mundo acaba de ser inaugurada por la ministro de Ségolène Royal en un pueblo de Normandía. Se trata de una tecnología en fase de prueba llevada a cabo en Francia por una filial de Bouygues, en la cual trabajan holandeses, americanos y alemanes.

Los 2000 automovilistas que utilizan el RD5 como promedio diariamente para salir de Tourouvre rodarán sobre más de un kilómetro de paneles solares pegados en la calzada. Estos 2.800 m2 de paneles con aspecto de baldosas plastificadas deberían permitir la producción del equivalente al alumbrado público de un pueblo de 5.000 habitantes.

Por otra parte, las baldosas solares podrían alimentar las áreas de descanso y servicio de autopistas e incluso viviendas individuales. Todo el trabajo ha sido costeado por un subsidio estatal de 5 millones de euros sin impuestos.

Con un millón de kilómetros de carreteras, Francia podría, en teoría, acceder a la independencia energética mediante la pavimentación solar de una cuarta parte de sus rutas.

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