🌳🔋 Asombrosos árboles que producen electricidad

El recurso de la energía eólica es frecuentemente acusado de ruidoso y de desfigurar el paisaje en el que opera. Estas son a veces las críticas que llueven sobre el viento. El eje de este creativo y fascinante proyecto gira entorno a la intención de eliminar estos errores.

Innovador y atractivo, cuenta con una tecnología minimalista. Este último está diseñado para ser campestre, rústico e invisible. Para ello, las turbinas están ocultas en la misma forma de este asombroso árbol. Otra ventaja: ¡el árbol de viento nunca falla! Si una hoja deja de rotar, el resto del árbol sigue produciendo energía.

NewWind ha diseñado su proyecto con un mínimo de elementos, a partir de materiales básicos (acero, pvc), producido en serie y montado por la propia empresa. Este en un esfuerzo por reducir los costos de producción al máximo y asegurar el buen funcionamiento del conjunto. Por otro lado el 99% de las piezas pueden ser producidos localmente lo que también reduce costos.

Estos fantásticos árboles proporcionan la potencia necesaria para iluminar una calle, una residencia suburbana, edificios públicos, etc. Un solo árbol permite alimentar a 25 faroles. También permite acumular 3 KW, lo que garantiza las necesidades eléctricas de un hogar de 4 personas con exclusión de la calefacción.

El costo de este fascinante árbol sería de alrededor de 25 000 euros. Un coste significativo, pero que significa un ahorro a futuro. De acuerdo con el fundador del proyecto, “esto equivale a un costo de 35 centavos de euro por kilovatio-hora, lo que es competitivo, pero vamos a trabajar para reducir el costo de nuestro árbol en los próximos meses.”

Esta experiencia educativa única es también un llamado a la concientización de la necesidad de la energía renovable en la ciudad. La Plaza de la Concordia es el lugar elegido por NewWind, lugar donde se instaló el primer alumbrado eléctrico en la ciudad en 1844 para iluminar el obelisco de Luxor. El árbol de viento ha revivido la innovadora demostración eléctrica parisina, ¡171 años más tarde!