👵 Un altruista y sensible programa promueve la convivencia de jóvenes estudiantes y personas mayores
Un altruista programa intergeneracional propuesto por la ONG Solidarios se desarrolla con éxito en Madrid. Su objetivo es potenciar las relaciones de dos generaciones en un clima de convivencia solidaria para compartir conocimientos, experiencias o emociones, en el seno de una relación de ayuda mutua, y al mismo tiempo ofrecer una alternativa de vivienda a los estudiantes universitarios pero, sobre todo, una compañía y una mejora en la calidad de vida de las personas mayores que viven solas.
Esta inspiradora iniciativa posibilita una experiencia inmensamente enriquecedora que incluye el aprendizaje mutuo y la formación de vínculos de apoyo.
Los fundamentos del programa se apoyan en el hecho de que muchas personas mayores viven solas y desean compañía; por otra parte, también existen jóvenes estudiantes que necesitan un hogar durante los años que duran sus estudios. Este programa se basa en la gratuidad del intercambio y en la buena voluntad de ambas partes. No ofrecen un lugar gratis para vivir ni un servicio de asistencia a la persona mayor, sino que exigen un sincero compromiso.
La idea es compartir la vida cotidiana con la persona mayor en los horarios acordados, como mínimo 2 horas por día. Durante este tiempo, la propuesta es llevar a cabo actividades conjuntas que fueron acordadas por ambos: ir a dar un paseo, cuidar las plantas, hacer una comida, charlar, ir de compras, etc.
Las personas jóvenes deben ser estudiantes a partir del tercer curso, tener experiencia en el trato con personas mayores, estar fuera de su ciudad de origen y tener recursos económicos limitados razón por la cual, posiblemente, no podrían completar sus estudios sin la solidaridad de los mayores quienes además de una vivienda proporcionan al estudiante, vulnerable por la lejanía de sus seres queridos, un marco de convivencia familiar en el que cuentan con el apoyo e incluso afecto de la persona mayor.
Las personas mayores deben tener más de 70 años, disponer de una vivienda en condiciones de habitabilidad y no sufrir ninguna minusvalía que requiera ayuda profesional. Ambos, jóvenes y mayores, deben tener un claro compromiso social y de voluntariado. Lo mágico de este encuentro es que el lazo de convivencia es equivalente a ser familia ya que conviven como lo harían un abuelo y su nieto.
Por otra parte, estos programas ofrecen a los familiares de la persona mayor la tranquilidad de contar con alguien de referencia en el domicilio del mayor. Es una excelente manera de no sentirse solo en casa, volver a ser útil, recuperar la ilusión, romper con el aislamiento para estar conectado socialmente y de aprender de la juventud.
Hay reglas de respeto mutuo basadas en el concepto de hospitalidad. La persona joven dispone de un cuarto propio, baño y llaves para entrar o salir, y la persona mayor no espera alguien que lo cuide o le haga las tareas de la casa. Solidarios hace un seguimiento muy estrecho para saber cómo funciona la convivencia y cómo se sienten estas personas.
En el caso de Solidarios, el programa funciona en las ciudades donde tienen delegación: Granada, Vigo, Sevilla… Hay ayuntamientos que ofrecen opciones similares, pero con una compensación económica para ambas partes, aunque el compromiso real, tal vez, se da más profundamente cuando se hace de forma altruista. Madrid es la ciudad europea con mayor número de personas comprometidas con este sistema.
La iniciativa de Solidarios ha obtenido varios premios nacionales e internacionales.
El programa se desarrolla en virtud de un convenio de colaboración con Solidarios para el Desarrollo y en el que participan las siguientes Universidades madrileñas: Complutense, Autónoma, Politécnica, Rey Juan Carlos, Carlos III, de Alcalá y Pontificia Comillas.
Más que inspirador…