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Es imposible evitar el plástico por completo, pero hay formas eficaces de limitar su uso.

El plástico es tan común en nuestro mundo de hoy que es casi imposible imaginarse una vida sin él. Sin embargo, luchar por una vida libre de plástico sigue siendo un objetivo noble y valioso, y cada año es más fácil, ya que más personas exigen alternativas y se niegan a participar de la acumulación grotesca de desechos plásticos que llenan los vertederos de nuestro planeta.

Cuando leemos acerca de la magnitud de los problemas generados por los residuos plásticos como la contaminación de nuestros océanos, la muerte de millones de animales que caen en la trampa al confundirlos con alimentos, la contaminación visual que a menudo dibuja paisajes surrealistas en los campos cuando las bolsas plásticas se adhieren a los árboles, o la obstrucción que provocan en los vertederos y que producen inundaciones, la primera sensación es sentirse mortalmente abatido.

Pero una pregunta disparadora de necesidad y búsqueda de cambio puede transformar ese sentimiento: ¿podemos hacer algo realista y en persona para modificar nuestra realidad? La sola inquietud ya hace una diferencia frente a esta enorme y abrumadora problemática.

La verdad es que, incluso un pequeño cambio de hábito, acumulado en el tiempo, suma una gran diferencia. Sobre todo, cuando se tiene en cuenta que hay un montón de personas con ideas afines que realizan los mismos cambios positivos que tú. Juntos podemos generar un cambio para mejor.

Es un hecho alarmante que cada pieza única de plástico que se ha hecho, todavía existe en algún lugar de este planeta. Con el plástico realmente no hay un “afuera”. Tratamos al plástico como un material desechable pero en realidad es indestructible, al menos durante nuestras vidas y para las próximas generaciones que nos sucederán.

Ya sea que los residuos plásticos terminen en vertederos, en el campo o en el mar, los efectos son siempre devastadores en la vida silvestre y marina, ya que se enredan o se confunden con alimentos y los animales se ahogan o mueren de hambre.

Se estima que las bolsas de plástico matan a más de 100.000 aves y animales marinos al año. La cuestión se agrava cuando la basura plástica se descompone en pequeñas partículas tóxicas que contaminan nuestro suministro de agua y entran en nuestra cadena alimentaria.

“Tu ves la diferencia, la tortuga no” Por un mundo libre de bolsas

Aquí están nuestras 10 mejores sugerencias para vivir mejor y con menos plástico.

 

1. Evita los peores plásticos

En la parte inferior de cualquier contenedor de plástico, verás un número (1 a 7) dentro de un triángulo de flechas. Los peores plásticos son:

# 3 – Cloruro de polivinilo, un plástico extremadamente tóxico que contiene aditivos peligrosos tales como plomo y ftalatos y se utiliza en envoltura de plástico, algunas botellas que se estrujan, tarros de quesos untables y manteca y juguetes para niños.

# 6 – Poliestireno, que contiene estireno, una toxina para el cerebro y sistema nervioso, y se utiliza en espuma de poliestireno, platos desechables, contenedores para llevar, cubiertos de plástico.

# 7 – Policarbonato, que contiene bisfenol A y se encuentra en la mayoría de los revestimientos de latas de comida de metal, vasos de plástico transparente, botellas de bebidas deportivas, envases de jugo y kétchup.


2. Lleva tu propia bolsa para hacer las compras

Las bolsas de plástico se utilizan generalmente por una cuestión de minutos antes de ser desechadas, y luego tomar cientos de años para desarmarse. La mayoría de nosotros posee bolsas reutilizables, pero el desafío es recordar tenerlas con nosotros cuando las necesitamos.

Si la olvidas, en lugar de aceptar una bolsa de plástico en piloto automático, analiza si te puedes manejar sin una de ellas. A menudo podemos simplemente llevar los artículos sueltos o pedir una caja de cartón en el lugar.

Actualmente, en muchas ciudades ya no se permite la entrega gratuita de bolsas para la mercadería comprada en los supermercados.


3. Utiliza una botella de agua reutilizable

Muchas investigaciones han puesto de relieve que, además de ser menos respetuosas con el medio ambiente, el agua embotellada es menos saludable que el agua del grifo, a pesar de los esfuerzos de comercialización de las empresas de agua embotellada para convencernos de lo contrario.

La industria del agua embotellada es mucho menos regulada que el agua del grifo en muchos países, por lo que cuando compramos agua embotellada tenemos mucha menos tranquilidad sobre la calidad del agua que estamos bebiendo. Mientras tanto, se ha encontrado que las toxinas de las botellas plásticas de agua se infiltran en el agua, particularmente cuando la botella se usa más de una vez, o se ha dejado en la luz o en el calor en cualquier momento, lo que podría haber ocurrido durante el tránsito.

La opción más saludable y más amigable con el planeta es llevar contigo tu propia botella de agua reutilizable que se rellena con agua del grifo en el hogar, el trabajo, el gimnasio.

Las mejores son las de acero inoxidable o de vidrio pues son más fáciles de limpiar. Incluso una botella de agua reutilizable de plástico ayudará a abordar los problemas de los residuos causados ​​por los millones de botellas de plástico de un solo uso descartadas cada día en todo el mundo.


4. Lleva tu propia taza en lugar de aceptar un vaso descartable

En la actualidad es común pasar nuestros días corriendo de un compromiso a otro sin tener tiempo para un café, lo que explica por qué a muchos de nosotros nos gusta tomar un té o un café para llevar para disfrutar en cualquier lugar. Sin embargo, esta costumbre relativamente nueva de comprar bebidas calientes para  llevar está teniendo consecuencias devastadoras para nuestro medio ambiente.

Un estimado de 2,5 millones de vasos de café son tirados en el Reino Unido solamente cada año, ¡lo que equivale a casi 5.000 por minuto! Más del 99% de los vasos de café para llevar no se reciclan (incluso los de papel están forrados con plástico lo que hace más difícil de reciclar), por lo que todos con sus tapas terminan en vertederos, o se convierten en contaminación plástica en nuestros ríos y océanos

La manera simple de asegurarse de que no están contribuyendo al problema es encontrar una taza reutilizable o un jarro aislado que te guste, y asegúrate de llevarlo contigo todo el tiempo. La elección de estos contenedores también te puede animar a hacer tu propia bebida caliente en casa antes de salir.


5. Lleva tu almuerzo en recipientes reutilizables

Hay muchas razones para llevar su propio almuerzo al trabajo, escuela, el parque, la playa, o en cualquier aventura al aire libre. Sin duda, ahorrarás dinero haciendo tu propio almuerzo, y también es probable que elijas opciones más saludables al preparar tu almuerzo con tiempo, ¡en lugar de buscar algo cuando ya está realmente hambriento!

Sin embargo, para nosotros, la razón más convincente es que la compra de comida para llevar implica un montón de envases de plástico de un solo uso que podemos evitar si llevamos nuestro propio almuerzo. Lo que nos conduce al siguiente desafío: las bolsas de plástico para sándwich desechables y el film plástico no hacen que nuestro almuerzo casero sea más ecológico que una comida comprada.

Nuestra preferencia es evitar recipientes de comida de plástico reutilizables debido al riesgo de lixiviación de toxinas en nuestra comida, además pensamos que la comida sabe mejor cuando no se sirve en plástico.


6. Prepara tus propios condimentos

Este podría ser un experimento divertido, y si te dedicas un día entero a él, podrías tener suficiente para que duren todo el año. Haz condimentos con pepino o calabacín o tu propia versión del ketchup.

Los aderezos tales como la mostaza, y la mayonesa son rápidos y simples de hacer. ¡Incluso la salsa de chocolate! y todo se puede guardar en frascos de vidrio.


7. No aceptes las bombillas y cubiertos desechables

Los cubiertos de plástico desechables y los popotes, sorbetes o bombillas están entre los peores culpables de la contaminación plástica. Al igual que las bolsas de plástico y las botellas, los utensilios de un solo uso y los sorbetes se usan sólo una vez, por un par de minutos, antes de que se echen a la basura, y luego ensucian nuestras ciudades, campos, y se acumulan en los rellenos sanitarios y en los océanos.

Intenta adoptar el hábito de llevar tus propios cubiertos contigo, y dejar otro par en el auto


8. Reduce la velocidad y come sentado en un lugar

Nuestra obsesión por comer y beber en el camino es un relativamente reciente. Aunque la tecnología moderna ha sido positiva de muchas maneras, uno de los inconvenientes es que esperamos todo instantáneamente. Tratamos de hacer tantas actividades en nuestros días que nos olvidamos de los placeres simples, tales como  apreciar adecuadamente el gusto de nuestra comida, o tomar una hora de almuerzo para ponernos al día en persona con un amigo o colega.

¿Por qué no intentar organizar tu día para tener tiempo y detenerte en tu café, pub o restaurante favorito? Te sorprenderás de lo mucho más fresco que te sentirás al tomar un breve descanso de su día.


9. No utilices bolsitas de plástico para frutas y verduras

Cuando estamos de compras de frutas y verduras frescas, la mayoría de nosotros tiene el hábito arrancar una de las bolsas de plástico que la tienda ofrece para llevar  los productos que elegimos en el carrito hasta la caja.

Sin embargo, cuando te detienes a pensar en ello, ¿realmente necesitas esa bolsa de plástico? Una posibilidad es poner las frutas y verduras sueltas en tu carrito, descargarlo suelto en la cinta transportadora de la caja, y luego ponerlas en tu bolsa reutilizable junto con el resto de tus compras.  Otra opción podría ser considerar la compra de algunas bolsas pequeñas y reutilizables para colocar los vegetales.


10. Conserva las sobras de comida en frascos de vidrio

El vidrio es una opción de almacenamiento de alimentos muy segura y en vez de enviar nuestros frascos de vidrio para ser reciclados, podemos fácilmente volverlos a utilizar para todo tipo de usos, incluyendo: almacenar sobras en la heladera o refrigerador, congelar alimentos cocidos o sin cocer,  el almacenamiento de cualquier producto seco en nuestros armarios, como contenedores para llevar, y para llevar nuestro almuerzo al trabajo, o en nuestros viajes.

Puedes reutilizar cualquier tamaño o forma de tarro, pero pronto encontrarás cuáles son más útiles para ti, e incluso hasta puedes un día encontrarte comprando una determinada marca de mermelada o condimento basado en la utilidad del frasco ¡más que por su contenido!


¡Se innovador, creativo, y elige una vida con menos plástico!

Compartir estos consejos con tus amigos y hablar de esto ayuda a aumentar la conciencia de los problemas, y puede inspirar a otros a elegir algunos hábitos de reducción de residuos también.

Sólo tenemos una vida, así que debemos centrarnos en sacar el máximo provecho de ella, y encontrar maneras de hacer un impacto positivo en nuestro mundo.

…Y para ponerle un poco de ritmo al compromiso, compartimos este tema de Jack Johnson: Las 3 Erres (The 3 R’s), que compuso como parte de la banda sonora de un programa educativo para niños.

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