🌈 El maravilloso arco iris líquido de Colombia
Ubicado al este de los Andes y en el centro del Colombia, Caño Cristales, también llamado el “Arco Iris Líquido”, es un río como ningún otro. Durante algunos meses del año, este curso de agua que alcanza los 100km de longitud, se transforma y convierte los reflejos de rojo, azul, amarillo, naranja y verde en una exhibición vibrante y natural que no sucede en ninguna otra parte del planeta.
Hasta mediados de los años 2000, la cercana presencia de la guerrillera hizo que Caño Cristales fuera casi completamente inaccesible. Pero hoy, el ejército colombiano controla un área de 30 kilómetros alrededor de La Macarena, la polvorienta ciudad que sirve de puerta de entrada a Caño Cristales, haciendo de esta región un destino abierto y seguro para los turistas.
Conectado por vuelos desde Bogotá o Villavicencio, el aeropuerto de La Macarena es tan pequeño, que su carro de equipajes es tirado por una mula. Lanchas a motor corren desde La Macarena a lo largo del río Guayabero, donde habitan guacamayos y monos aulladores, y acercan a los viajeros al inicio de uno de los tres senderos de acceso. El resto del viaje es a pie.
Algunas personas piensan erróneamente que el color de Caño Cristales proviene de algas o musgos. El verdadero responsable, sin embargo, es una planta acuática endémica llamada macarenia clavigera, que requiere condiciones precisas, incluyendo el nivel justo de agua y la cantidad exacta de luz solar para tomar sus tonos brillantes.
Los colores sólo se pueden ver de junio a diciembre. De enero a mayo, durante la estación seca, Caño Cristales está cerrado a los viajeros para dar un descanso a la ecología de la zona. Los ríos también pueden quedar sin agua por completo, obligando a las plantas de macarenia clavigera a una hibernación incolora.
Aunque las tonalidades coloradas, de rosa pálido a rosa intenso, rojo sangre a marrón, son más comunes, la planta de macarenia clavigera se vuelve verde brillante en áreas sombreadas. Se ha visto también en azul, amarillo y naranja.
Caño Cristales puede ser nuevo para los viajeros, pero los habitantes de la zona han sabido del el río y sus belleza por generaciones. Muchos lugares de interés en las cercanías del “arco iris líquido” han sido nombrados por los habitantes locales, incluyendo “Piscina Carol”. Este remanso del río obtuvo su nombre luego que un hombre oyó que el parto era menos doloroso en agua e instó a su esposa a dar a luz a su hija Carol en un estanque tranquilo y protegido aguas abajo de la cascada.
En gran medida, los inicios del turismo en Caño Cristales no estuvo regulado, pero los locales pronto se dieron cuenta que la basura de los picnics en el río y otros ejemplos del impacto humano, amenazaban a la macarenia clavigera, que es tan delicada como un hebra de algodón. No era raro ver a los visitantes bebiendo alcohol en la orilla y nadando donde quisieran, incluso si eso significaba caminar sobre las plantas.
Ahora, las normas de protección ambiental se aplican firmemente, incluyendo el acceso obligatorio con guías, grupos de no más de siete personas, un límite de 200 personas por día en la zona, una prohibición total de usar protector solar o repelente de insectos al visitar el río y áreas limitadas donde nadar.
Alrededor de Caño Cristales se encuentra “Los Llanos”, una llanura que mide unos 16 millones de hectáreas y representa alrededor de un cuarto de la superficie de Colombia. Rodeado de tonos de verde de jade a lima, Los Llanos es el hogar de algunas de las praderas tropicales más ricas del mundo. Los Llaneros (criadores de ganado) comparten este territorio junto con imponentes aves de rapiña, grandes grupos de capivara y anacondas de más de 250kg y 10m de largo. Se estima que estos pastizales son también el hogar del mayor número de reptiles en peligro crítico en la Tierra.