💧 Parte una nueva expedición que lucha contra la contaminación de los océanos
Los desechos plásticos en los océanos se han convertido en un problema de gran envergadura desde que en 1997 se descubriera el llamado ‘séptimo continente’. Esta inmensa placa de plástico deambula por los océanos de la Tierra sin que a nadie parezca preocuparle su aumento, está conformada por boyas, redes de pesca, cepillos de dientes, tapas de botellas, entre otros objetos, y tiene una superficie cercana a los 1.400.000 kilómetros cuadrados.
En 2015 la fundación “Race for water” (Carrera por el agua) completó su primer odisea con un panorama demoledor en el resultado de sus investigaciones. Durante el viaje, los equipos de especialistas se centraron en los pilares “Aprende” y “Comparte”. Ello se debe a que es importante determinar el alcance real de la contaminación plástica y el grado de conocimiento de las comunidades afectadas, a fin de identificar soluciones innovadoras y eficaces para abordar esta problemática mundial. Después de recorrer 32.000 millas náuticas, visitando tres océanos y cinco zonas de concentración de desechos importantes, denominadas “Gyre” o “Vórtice”, realizando 16 paradas, recolectando y analizando 15.420 piezas de macrodescarga y 196.250 partículas microplásticas, se llegó a la clara conclusión: que una limpieza a gran escala de los océano es poco realista.
Sobre la base de estas primeras conclusiones, la Fundación ha establecido el rumbo para una segunda expedición, cuyo objetivo es continuar el trabajo iniciado en 2015 y desarrollar el tercer pilar “Actúa” del programa.
La nueva odisea, que consiste en un programa de cinco años (2017 – 2021), tendrá lugar a bordo de un barco único: el catamarán “Race for Water”, que es 100% autosuficiente, gracias a su capacidad para aprovechar las tecnologías de la energía solar y el hidrógeno desarrolladas y producidas por la empresa asociada, Swiss Hydrogen. Actuando como barco embajador para el programa, “Race for Water” servirá como una plataforma educativa, laboratorio itinerante y una demostración de trabajo de innovaciones de tecnología limpia.
A bordo del catamarán, la tripulación hará escala en áreas de interés para la investigación científica, donde también podrán aprovechar eventos de importancia mundial. Esto les permitirá llegar al público más amplio posible con el fin de promover soluciones prácticas para la recogida de residuos plásticos en tierra y también para combatir la contaminación de nuestros océanos. Durante cinco años, visitarán tres áreas principales de estudio, con un total de 20 paradas, la primera de ellas en las islas Bermudas, la segunda en importancia será Tokio donde la embarcación hará presencia en los Juegos Olímpicos de 2020, y la tercera será Dubai, donde se llevará a cabo la Exposición Universal en 2021. El catamarán también visitará Cuba, República Dominicana, Guadalupe, San Diego, la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia, Melanesia, Micronesia y Koror, entre otros destinos.
La iniciativa tiene grandes similitudes con lo realizado en meses pasados por el avión ‘Solar Impulse II’. El catamarán es el primer barco hidrógeno-solar del mundo, cuenta con 500 metros cuadrados de paneles solares, una unidad que produce hidrógeno del agua del mar y una vela de 40 metros; esto le permitirá moverse únicamente con energías limpias.
“Es esencial prevenir que los plásticos y microplásticos lleguen a los océanos. Si el mundo sigue produciendo, usando y desechando plásticos al mismo ritmo que ahora, los océanos tendrán más plásticos que peces por peso en 2050”, aseguró el líder del proyecto Marco Simeoni.
Se espera que la travesía permita promover soluciones capaces de transformar los desechos en fuentes energéticas y acelerar la transición a la energía limpia.