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Para concientizar acerca de la contaminación del agua, un grupo de estudiantes de arte taiwanés realizó paletas de helado…  pero con aguas residuales de la zona donde viven. El agua, recogida en puertos, cursos de agua y ríos, se ha mezclado con diversas muestras tomadas como elementos de plástico y residuos que luego han sido congelados. La paleta terminada se rocía con resina de poliéster para que pueda conservarse.

Obviamente no son comestibles, sin embargo, estos hielos tienen su propio “sabor” y su embalaje corresponde a la ubicación y los elementos que los componen. De esta manera se han creado cien distintas variedades, a veces compuestos de plomo, arsénico o mercurio.

Este proyecto ha sido expuesto en el World Trade Center de Taipei, capital de Taiwán.

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