⛲ Vivimos en un planeta plástico. ¿Qué significa para nuestra salud?
Un reciente estudio revela que las fibras plásticas se encuentran en el agua del grifo en todo el mundo. Las pruebas muestran que miles de millones de personas están bebiendo agua contaminada con partículas de plástico.
Esta revelación abre nuestros ojos a una visión completamente nueva del mundo. La contaminación del agua del grifo en todo el mundo con microplásticos, descubre a la Tierra como un planeta contaminado con plástico. Pequeñas fibras de plástico están en todas partes, no sólo en nuestros océanos, sino también en tierra.
¿Que significa esto para los siete mil millones de personas que viven en él?, nadie lo sabe todavía. Los expertos están de acuerdo en que, a partir de la señal de alerta dada por la vida en los océanos, es imperioso conocer mas. Es necesario descubrir cómo entran en los alimento, aire y agua del grifo y cuáles son los efectos a la salud humana.
Se sabía que los océanos estaban llenos de plástico. Brillantemente coloridos y a menudo flotantes, los desechos de la sociedad de consumo formaron colosales y aterradores remolinos en los mares y llenaron incluso las playas más remotas del Ártico al Pacífico profundo.
Pero la contaminación microplástica al por mayor de la tierra estaba oculta. El agua del grifo se recolecta de colinas, ríos, lagos y pozos, tomando muestras del medio ambiente a medida que avanza. Los científicos analizaron decenas de muestras de agua de grifo de más de una docena de países para una investigación de Orb Media. En general, el 83% de las muestras estaban contaminadas con fibras plásticas.
Los Estados Unidos tuvieron la tasa más alta, con un 94%, con fibras plásticas presentes en el agua de grifo de sitios como el Congreso, la sede de la Agencia de Protección Ambiental y la Trump Tower en Nueva York. Líbano e India tuvieron las siguientes tasas más altas.
Las naciones europeas, incluyendo el Reino Unido, Alemania y Francia, tuvieron la tasa de contaminación más baja, pero igual fue un 72%. El número medio de fibras encontradas en cada muestra de 500 ml varió de 4,8 en los EE.UU. a 1,9 en Europa.
Estos análisis indican el alcance omnipresente de la contaminación microplástica en el medio ambiente global. Los trabajos previos se habían centrado principalmente en la contaminación plástica en los océanos, lo que sugería que la gente está comiendo plásticos a través de mariscos contaminados.
La doctora Sherri Mason, experta en microplásticos de la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia, fue quien supervisó los análisis de Orb.
“Tenemos suficientes datos de los impactos que está teniendo los residuos plásticos en la vida silvestre. Si está afectando a los animales, entonces, ¿cómo pensamos que no va a afectarnos a los humanos de algún modo?”, dijo Mason.
El estudio puso a la luz dos preocupaciones principales: las partículas de plástico muy pequeñas y los productos químicos o patógenos que los microplásticos pueden albergar. Si las fibras están allí, es posible que las nanopartículas estén allí también y que no es posible medir.
Una vez que las partículas están en el rango de nanómetros realmente pueden penetrar en una célula y eso significa que pueden penetrar en los órganos, y eso sería preocupante. El análisis registra partículas capturadas de más de 2.5 micrones de tamaño, 2.500 veces más grande que un nanómetro.
Los microplásticos pueden atraer bacterias encontradas en las aguas residuales. Recientes estudios han demostrado que hay más patógenos dañinos en los microplásticos aguas abajo de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
El profesor Richard Thompson, de la Universidad de Plymouth, Reino Unido explicó que los microplásticos contienen y absorben sustancias químicas tóxicas y la investigación sobre fauna salvaje demuestra que son liberados en el cuerpo. Sus investigaciones los han encontrado en un tercio de los peces capturados en el Reino Unido.
“Se hizo evidente que el plástico liberaría esos productos químicos y que en realidad, las condiciones en el intestino facilitarían una liberación bastante rápida”, dijo Thompson.
La magnitud del problema a nivel global está empezando a quedar claro, con estudios en Alemania que encontraron fibras y fragmentos en todas las 24 marcas de cerveza que probaron, así como en miel y azúcar. En París, en 2015, los investigadores descubrieron que los microplásticos caían del aire y se estimaba que depositarían de tres a diez toneladas de fibras en la ciudad cada año, y que también estaban presentes en el aire de los hogares.
La forma en que los microplásticos terminan en el agua potable es por ahora un misterio, pero la atmósfera es una fuente obvia, con fibras desprendidas por el desgaste cotidiano de la ropa y las alfombras. Los secadores de tambor son otra fuente potencial, con casi el 80% de los hogares estadounidenses que tienen secadores que normalmente ventilan al aire libre.
“Realmente pensamos que los lagos y otros cuerpos de agua pueden ser contaminados por los residuos acumulados en la atmósfera. Lo que observamos en París tiende a demostrar que hay una gran cantidad de fibras presentes en las precipitaciones atmosféricas”, dijo Johnny Gasperi, de la Universidad Paris-Est Créteil.
Las fibras plásticas también se pueden verter en los sistemas de agua. Un estudio reciente encontró que cada ciclo de una lavadora podría liberar 700.000 fibras en el medio ambiente. Las lluvias también podrían barrer la contaminación microplástica, lo que podría explicar por qué se descubrió que los pozos domésticos utilizados en Indonesia estaban contaminados.
El agua embotellada puede no proporcionar una alternativa libre de microplásticos al agua del grifo, ya que también se encontraron en algunas muestras de agua embotellada comercial analizada en los EE.UU.
Casi 300 millones de toneladas de plástico se producen cada año y, con sólo el 20% reciclado o incinerado, gran parte de él termina diseminado por el aire, la tierra y el mar. Los investigadores advierten que los residuos de plástico están omnipresentes en el medio ambiente, con 8.300 millones de toneladas de plástico que se han producido desde la década de 1950.