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Taiwán se encuentra a la vanguardia de una tecnología ecológica y amigable con el planeta que les permitió fabricar papel a partir de piedras. El método que usa la compañía Lung Meng Technology (TLM) es un símbolo de cómo, a partir de la utilización de materiales cotidianos, se pueden crear productos de vanguardia.

La empresa, ubicada en la ciudad sureña de Tainan y que emplea a 300 personas, es pionera en la creación de un proceso que convierte los residuos de mármol en papel de alta calidad.

El producto terminado se compone de una mezcla de 80% de carbonato de calcio y 20% de resina no tóxica. El papel no sólo es reciclable, sino que además el proceso para fabricarlo es eco-friendly por una razón básica y obvia: la materia prima no son los árboles. A demás la composición no requiere el uso de agua, ácidos, alcalinos o blanqueadores.

Su fabricación implica un proceso de molienda del mármol sobrante hasta convertirlo en un polvo fino. Luego se le agrega carbonato de calcio y una mezcla de resina. Finalmente, se procesa todo a unos 160 grados centígrados. La composición no contamina el agua y no produce humo tóxicos. El resultado es un producto liviano, suave al tacto y difícil de romper.

Incluso, es adecuado para ser almacenado y puede usarse para tomar notas bajo el agua.

Por el contrario, una tonelada de papel de pulpa de madera implica que se talen 20 árboles, el uso de cerca de 28.390 litros de agua y la generación de cerca de 1000 kilos de emisiones de carbono.

El desarrolló del proceso “sin consumo de madera”, costó 50 millones de dólares. Además es el primero en Taiwán en contar con el certificado “de cuna a cuna” (cradle to cradle, en inglés). En contraposición a los materiales “de cuna a tumba” (cradle to grave), que no se pueden reciclar y reutilizar, los estándares de “cuna a cuna” certifican que un producto es sustentable en cinco categorías: seguridad de materiales, recuperación/reciclaje, consumo de energía, consumo de agua y responsabilidad social.

Además de las ventajas medioambientales, el papel de piedra tiene ventajas prácticas. Por un lado, es resistente al fuego, al agua y a los insectos, por lo que resulta ideal para archivos. Es un material perfecto para carteles, manuales y mapas de los caminos.

“Queremos que los chicos y los estudiantes puedan llevar libros de texto impresos en papel de piedra a la escuela, porque es más liviano y ecológico. Y, lo más importante, es extraordinariamente duradero y resistente al agua “, dijo un representante de la compañía.

Más allá del papel, TLM diseñó bolsas a base de piedra (como las de los supermercados). A diferencia de las tradicionales, que tardan décadas en descomponerse, esta variante sólo demora medio año en desintegrarse. Si bien es más caro que el papel tradicional, no contamina el planeta, lo que implica que a mediano y largo plazo, es más conveniente.

La tecnología fue patentada en más de 40 países y de Sudamérica ya se encuentra a la venta en Argentina.

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