💧 El árbol de sangre azul que purifica la tierra
Los metales pesados como el níquel y el zinc en altas concentraciones son generalmente lo último que las plantas quieren tener cerca. Estos metales pesados son muy tóxicos para las especies que viven a su alrededor.
Pero un grupo especializado, conocido como “hiperacumuladores”, ha evolucionado para absorber los metales normalmente letales en sus tallos, hojas e incluso semillas.
Los investigadores han estado estudiando en particular, un árbol que crece en el bosque lluvioso de la isla de Nueva Caledonia, en el Pacífico sur.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Queensland ha estado observando esta prodigiosa planta, la Pycnandra acuminata, durante varias décadas y creen que podría estar utilizando el níquel para protegerse de los insectos, ya que es tóxico para la gran mayoría de ellos.
Las conclusiones de su estudio, apuntan a que la Pycnandra acuminata puede llegar a acumular asombrosamente un 20-25% de níquel en su sabia, lo cual explicaría su asombroso e inusual color verde azulado.
La Pycnandra acuminata es un árbol grande y raro de la selva tropical de Nueva Caledonia, que crece muy lentamente y se necesitan décadas para que produzca flores y semillas. Está amenazado por la deforestación como resultado de las actividades mineras y los incendios forestales.
La afinidad inusual del árbol por el níquel salió a la luz por primera vez en la década de 1970, y la investigación en otras plantas hiperacumuladoras ha aumentado desde entonces.
Los investigadores aún están averiguando exactamente por qué estas plantas particulares han evolucionado de esta manera para hacer frente a suelos tan duros. Pero es probable que no sea por una interferencia humana en el medio ambiente. La evolución de la hiperacumulación ha evolucionado muchas veces en familias muy diferentes y es probable que haya tardado millones de años. Estas plantas se encuentran en suelos naturalmente enriquecidos con metales.
Sin embargo, se considera una alternativa muy útil para “limpiar” el exceso de niveles de metales tóxicos de los suelos en antiguos sitios mineros contaminados por la actividad humana o incluso como un medio de fitoterminación (descontaminación de suelos) sin dañar el territorio.