🌏 ¿Cómo es un futuro sostenible y transformador?
El ser humano en su conjunto se está abriendo el espacio para reimaginar colectivamente un futuro diferente, sostenible, limpio e innovador para nuestro mundo. A pesar de las “retóricas verdes”, el historial de la mayoría de los gobiernos no es muy bueno. La estrategia de crecimiento limpio es lenta, o nula.
Sin embargo, para concebir nuestro futuro debemos cambiar la lente con la que miramos nuestro presente y asumir que el futuro sólo es posible si es sostenible y si el cambio es transformador.
¿Qué es el cambio transformador?
El desarrollo sostenible, a diferencia del desarrollo convencional, implica grandes transformaciones sistémicas.
Usemos el ejemplo de la energía limpia. Sacar los combustibles fósiles de nuestro sistema energético no se trata simplemente de usar energía eólica y solar en lugar del petróleo. Implica grandes cambios en la forma en que consumimos energía, en las tecnologías de fabricación y en la forma en que los gobiernos ayudan (u obstaculizan) la adopción de nuevas tecnologías y prácticas. Requiere una transformación del sistema, en lugar de mejoras no estructurales.
Para lograr una transformación del sistema es preciso relevar una serie de factores. Dos factores críticos son la toma de decisiones creativas y asociaciones sólidas entre disciplinas y sectores.
Toma de decisiones transformadoras
La toma de decisiones convencional favorece el status quo y es en gran medida aversión al riesgo. Puede hacer frente a pequeños cambios, pero no significativos a largo plazo. En el transporte, por ejemplo, a menudo tendemos a aumentar o replicar la infraestructura existente -construir otra autopista más- en lugar de innovar tratando de sacar a las personas de sus automóviles.
La toma de decisiones transformadoras, por otro lado, es proactiva y toma acciones deliberadas para dar forma a un futuro deseado. Trabaja hacia una visión a largo plazo y no escapa a la incertidumbre y la complejidad en el camino.
El camino hacia un desarrollo sostenible implica superar retos de política complejos de larga data sin soluciones simples. La solución de problemas complejos requiere una gran cantidad de innovación y experimentación. Necesitamos que los gobiernos, las empresas y las comunidades estén dispuestos a probar cosas nuevas, incluso si eventualmente fracasan.
Desarrollo de asociaciones
Mejorar las vidas de las personas y el planeta requiere una multiplicidad de habilidades, acceder a varias redes y llegar a todos los segmentos de la sociedad.
Las universidades, por ejemplo, a menudo juegan un papel clave en el análisis de problemas, el desarrollo de nuevas soluciones y dan las bases de pruebas de que una solución realmente funciona. Pero es sólo a través de la asociación con comunidades, empresas y organizaciones políticas que pueden poner en práctica estas soluciones.
Compromiso individual
También conocidas como inversiones socialmente responsables (SRI), inversión de impacto, inversión de valor ambiental, social y corporativo (ESG), su objetivo se centra de invertir en empresas que adoptan las causas que tú respaldas, o evitar empresas que se beneficien de prácticas con las que tú no comulgas.
Apunta a favorecer un cambio más integral en lo social y más sostenible en lo medioambiental. Esa es la razón de la “inversión de impacto social”. El comienzo de un cambio esperanzador.
Implícate en inversiones con un alto nivel de intencionalidad, es decir, que tienen, por supuesto, expectativa de retorno del capital pero que además incluyan indicadores sociales y ambientales medibles.
Nuestro futuro es común y se construye mancomunadamente.
Involucrarnos en los cambios nos hace actores conscientes de su creación.