👵 El restaurante de las abuelas chefs
Enoteca María es un restaurante en Nueva York, Estados Unidos, cuyo equipo de cocineros no se parece a ningún otro. Se trata de un restaurante donde las cocineras y sous-chefs son únicamente abuelas de diversos países que a través de sus secretas y tradicionales recetas comparten historias de vida y conquistan paladares internacionales.
La creativa idea de formar un espacio donde estas mujeres pudieran expresar su experiencia y su amor por la cocina nació hace 11 años, en 2007, de la mano de Jody Scaravella, un inmigrante de origen italiano cuyo objetivo era rendirle un tributo a su “nonna” María.
“Nunca había tenido un restaurante y la verdad cuando comencé no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero siempre pensé que estas grandes matriarcas y sus legados merecían ser reconocidos”, contó el propietario del restaurante.
Al principio, contrató exclusivamente nonnas italianas, llenando un vacío personal dejado por su difunta abuela. Con el tiempo, comenzó a invitar a abuelas adicionales de todo el mundo a turnarse para cocinar los alimentos con los que crecieron. Hoy, países como Japón, Colombia, Liberia, Bielorrusia o Argelia están representados en la cocina en un horario rotativo.
“Tienes dos abuelas todos los días. Siempre tienes un nonna italiana, y todos los días cambia la cocina. Un calendario “Nonnas of the World” asigna a cada abuela una cita mensual en la cocina. “A veces la gente llama y quiere saber cuándo estará cocinando la abuela griega. Pero algunas personas disfrutan de la sorpresa”, comenta Scaravella.
La comida es un vehículo que permite revivir el pasado y los sentidos. Los comensales disfrutan de la cocina casera con algo de nostalgia. Cocinar para ellas es una forma de brindar un poco de sus países a la gente que no los conoce y así también revivir sus propias historias.
“Cuando paso por las mesas y veo cómo está todo el mundo, todos hablan sobre su madre, sobre su abuela, y eso enciende ese viaje por el camino de la memoria, expresa su dueño.
Las cocineras se benefician de la experiencia tanto como los que comen, encontrando entre las otras cocineras una nueva comunidad donde no sólo intercambian recetas sino amor y amistad.
Muchas veces el idioma puede resultar un reto al momento de preparar las recetas. Algunas de las abuelas extranjeras no hablan inglés o italiano. Son sus hijos o nietos quienes sirven de traductores, pero ya al momento de prender los las cocinas, los ingredientes y especias hablan por sí solas.
“Estas mujeres son realmente lo que cuenta. Ellas pasan su cultura alimentaria a la siguiente generación. Como es el caso de Ploumitsa, una abuela de Chios, Grecia que cocina con su hija. Ella está pasando toda esa cultura hacia adelante. Y Maria hará lo mismo. Así es como realmente terminamos donde estamos, y cómo sabemos de dónde venimos”, relata Scaravella.
El dueño de Enoteca María cuenta que no planea expandirse pues desde su pequeño restaurante de abuelas en Staten Island cumple su misión con el mundo.