📱 ¿Cuándo dejará de funcionar para siempre tu celular?
Los gobiernos, las ONG y los consumidores luchan contra esta práctica que genera millones de toneladas de desechos electrónicos cada año.
¿Qué es la obsolescencia programada?
Uno de los principales problemas con el modelo de producción y consumo de la economía lineal actual, en oposición a un sistema de economía circular sostenible, es la obsolescencia planificada. La obsolescencia programada o planificada se refiere al acortamiento deliberado de la vida útil de un producto por parte del fabricante para aumentar el consumo. La obsolescencia programada es un grave problema ambiental para el planeta. Cada año, se generan hasta 50 millones de toneladas de desechos electrónicos, un porcentaje muy alto de los cuales, alrededor del 85%, generalmente se desecha al azar, terminando en vertederos y creando un riesgo para el medio ambiente y la salud de las personas, animales y plantas. Para combatir la obsolescencia planificada, que también es costosa para los consumidores que tienen que renovar sus productos con mayor frecuencia, existen varias iniciativas, entre ellas una directiva de la Unión Europea, la certificación para la prolongación de la vida útil de los productos y programas específicos de ONG. Después de años de discusiones, el problema de la obsolescencia planificada se abrió camino en el ámbito legislativo de Europa cuando, el 4 de julio de 2017, el Parlamento Europeo aprobó su Resolución sobre una vida más larga para los productos con beneficios para los consumidores y las empresas. Gracias a esta ley, los usuarios de dispositivos electrónicos podrán reparar sus terminales con cualquier proveedor de servicios de manera simple, sin la necesidad de recurrir al servicio técnico oficial del fabricante. La directiva también incluye incentivos fiscales para productos basados en la calidad, la durabilidad y la facilidad de reparación.
Esta directiva pretende reducir la cantidad de residuos electrónicos que genera cada país de la Unión Europea y desafía la tendencia actual entre los fabricantes de introducir diseños y componentes que son cada vez más difíciles de reparar o reemplazar sin herramientas especializadas. Además de la legislación europea, algunos países también están creando sus propios marcos legales para anticipar la obsolescencia planificada. El caso más conocido se encuentra en Francia, donde tras una prolongada batalla política, se pueden imponer multas de hasta 300.000 euros y penas de prisión de dos años a los fabricantes que planean que sus dispositivos dejen de funcionar después de un tiempo.
¿Qué es la certificación ISSOP?
ISSOP es una marca otorgada por la FENISS (Fundación para la Energía e Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Planificada) que certifica que las empresas producen bienes y servicios respetuosos con el medio ambiente, sin obsolescencia programada, preferiblemente por comercio justo, que contribuyen a la reducción de emisiones y la correcta gestión de residuos. Empresas como Casio, SostreCívic y Scanfisk Seafood llevan esta marca. En el caso de la empresa de productos pesqueros Scanfisk Seafood, por ejemplo, la marca ISSOP se otorgó en 2016 por su invención de un refrigerador que funciona con energía renovable y que recicla el agua sobrante, y el hecho de que el dispositivo y sus componentes son reparables y actualizables sin obsolescencia programada.
¿De que se trata la Alargascencia?
Es una iniciativa de Amigos de la Tierra España en respuesta a la obsolescencia planificada. La ONG española Amigos de la Tierra lanzó una iniciativa, Alargascencia, contra la obsolescencia, abogando por la mayor prolongación posible de la vida útil de los productos a través de la compra, venta, alquiler e intercambio de artículos de segunda mano. Para ello, ha creado una red de establecimientos que sirven como punto de encuentro para intercambiar objetos que ya no utilizamos y también para repararlos, evitando así la necesidad de comprar nuevos. Amigos de la Tierra no es la única ONG en asumir la obsolescencia programada.
Por su parte, Greenpeace también lanzó oportunamente una campaña para promover una mejor reparación de los dispositivos móviles, como un antídoto contra la tendencia actual de comprar nuevos todo el tiempo. La interesante campaña proponía una petición dirigida a Apple, ©Samsung y LG, en la que se intimó a estos tres fabricadores a que den la espalda a la obsolescencia programada y que adopten un modelo más sostenible. Cada año, las principales empresas de tecnología convocan eventos multitudinarios donde anuncian sus principales novedades, aunque en ocasiones los cambios no son celebrados por todos. Greenpeace publicó un estudio junto a iFixit, una web colaborativa de manuales de reparación de productos electrónicos, detalla cómo algunas empresas deberían esforzarse más para posibilitar la reparación de sus dispositivos.
Las organizaciones de consumidores y usuarios están formando un frente común contra la práctica abusiva, señalando que el 99% de nuestros productos están planeados para ser obsoletos antes de tiempo, algo que en promedio costará a las personas entre 40,000 y 50,000 de euros durante sus vidas. Las organizaciones afirman que los artículos electrodomésticos, por ejemplo, actualmente están hechos para durar entre dos y 12 años, pero están hechos de materiales que deberían permanecer útiles durante al menos medio siglo.
Abordar la obsolescencia programada no es sólo una batalla contra el uso abusivo de los recursos y un modelo económico insostenible, sino también contra el cambio climático.