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En Italia, una empresa desarrolla una versión más sostenible de una infraestructura que es crucial para el buen funcionamiento de los ferrocarriles.

Una empresa italiana está convirtiendo neumáticos viejos en durmientes de ferrocarril, luego utilizados para producir energía limpia con el objeto de llevar el sistema ferroviario hacia el camino de un futuro más sostenible.

Greenrail, con sede en Milán, gestiona una tecnología que permite la fabricación de durmientes de ferrocarril a partir de “materias primas secundarias”.

Los durmientes Greenrail™ consisten en una cubierta exterior hecha de una mezcla de neumáticos desechados y plástico reciclado, y un núcleo interno en concreto reforzado pretensado. Los durmientes Greenrail garantizan todas las características mecánicas de los durmientes ferroviarios.

Todo comenzó cuando Giovanni Maria De Lisi tenía solamente 20 años, momento en el que gestó esta idea tan revolucionaria. En ese entonces, trabajaba como empleado de mantenimiento e instalación ferroviaria cerca de Palermo, Italia. Fue allí cuando descubrió que la mezcla de plástico y caucho reciclado de neumáticos se convertiría en la base de un sistema capaz de transformar una red ferroviaria antigua en una infraestructura activa, que produce energía. Esto le llevó a fundar Greenrail, una startup con sede en Milán.

“Los durmientes Greenrail son durmientes ferroviarios que tienen las mismas características mecánicas que los durmientes tradicionales de hormigón armado, lo que representa el estándar en el mercado actual. Están hechos principalmente de plástico reciclado: plástico urbano y neumáticos viejos reciclados”, dijo Giovanni De Lisi, CEO de la compañía.

Cada kilómetro de la línea de ferrocarril hecha por Greenrail permite el reciclaje de 35 toneladas de plástico y neumáticos usados. Un durmiente Greenail puede incorporar paneles fotovoltáicos para permitir la captación de energía solar. La idea de Greenrail Solar surgió de la voluntad de transformar las infraestructuras ferroviarias de pasivas a infraestructuras activas.

“Las vías del tren están expuestas al sol el 90 por ciento de las veces; de aquí surge la idea de recolectar energía solar y transformarla en electricidad”, agregó De Lisi.

Las vías de los ferrocariles tendrán la posibilidad de volverse activas e “inteligentes”, ya que la versión solar de Greenrail convierte una red ferroviaria en una planta de energía solar. El director de operaciones de Greenrail, Firas Bunni, manifiesta que por cada kilómetro de durmientes solares, se podrían producir aproximadamente 30 a 35 megavatios/hora de energía al año, lo suficiente para satisfacer las necesidades promedio de 10 hogares italianos por año.

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