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Muchas industrias convirtieron las playas en basureros arrojando en diferentes sitios botellas y piezas de vidrio de descarte provocando peligro, contaminación visual e imposibilidad de acceder a la costa… Pero cuando los cristales se dejan mecer y arrollar por las olas, y se van tallando con el tiempo, se convierten en algo extraordinario: piedras coloridas como gemas escarchadas. El oleaje del océano se ha encargado de esculpir y redondear los afilados vidrios como las rocas cercanas a los cauces de los ríos, de manera que ya no cortan. Gracias a que el vidrio no se comporta como el plástico sino que se trata básicamente de un material cerámico, ha podido introducirse en el ecosistema de la playa que a lo largo de los años se ha ido cincelando.

El océano demora aproximadamente 30 años en transformar el cristal en un tesoro marino, y no todas las playas son capaces de crearlo, por lo que es difícil encontrar una buena playa de vidrio marino. Las mejores opciones están generalmente cerca de los antiguos vertederos, donde hay un movimiento consistente de olas.

Pero la búsqueda de estas playas bien vale el esfuerzo. No solo son impresionantes de una manera completamente sorprendente, sino que también son una bendición para los cazadores de tesoros. El vidrio transparente es el más común, al igual que el marrón y el verde. Existen exquisitos azules. El vidrio raro más apreciado es el naranja, el rojo y el exótico púrpura.

Te mostramos algunas de las mejores playas del mundo para encontrar basura convertida en un tesoro extraordinario.

Playa de Steklyashka, Vladivostok, Rusia

Lo que en un principio se trataba de un desastre ambiental en Ussuri, se fue convirtiendo en una atracción turística al detenerse los desechos de vidrio y cerámica, y que el mar comenzara a esculpir sus dominios. No hace mucho tiempo, la playa se utilizó como vertedero de vidrio no deseado de una fábrica de porcelana local.

A lo largo de décadas, el ritmo constante de las olas transformó el vertedero en esta orilla brillante y llena de joyas. La playa, que bordea el Mar de Japón, ahora es una zona especialmente protegida, por lo que los huéspedes pueden disfrutar mejor de su impresionante caleidoscopio de piedras de cristal. Además de la porcelana, los visitantes también encontrarán los restos de viejas botellas de vodka.

El invierno es uno de los momentos más increíbles para ver la playa, ya que los colores brillantes de los cristales de mar aparecen en la nieve azucarada.

Playa de Davenport, California

Justo al norte de Santa Cruz se encuentra una pequeña y tranquila ciudad costera que es legendaria entre los coleccionistas de vidrio marino. En la década de 1970, una inundación masiva envió contenedores de adornos de vidrio soplado de Lundberg Studio por el arroyo San Vicente y al mar para lavarse en las orillas. Aunque no es tan abundante como lo era antes, este vidrio marino sigue siendo uno de los más bellos del mundo.

Playa de cristal del Parque estatal MacKerricher, Fort Bragg, California

En ocasiones, la degradación crea hermosos lugares. Desde 1906, esta playa californiana se usó como vertedero, ya que los residentes de Fort Bragg la utilizaban para arrojar toda su basura a los acantilados de Union Lumber Company.

En 1967 las autoridades decidieron cerrarla para rehabilitarla. Sacaron toda la basura salvo los restos de cristal y cerámica, que el mar se ha encargado de pulir. Ha sido un trabajo de años, primero de los operarios y luego de la propia naturaleza. Hoy, la playa de Glass Beach pertenece al Parque Estatal MacKerricher y ahora más de 1.000 turistas la visitan cada día, aunque tienen prohibido llevarse cristales.

Playa de cristal de la bahía de Hanapepe, Kauai, Hawai

La costa de Hawai está llena de tesoros visuales pero vamos a agregar uno más: La playa Glass de Kauai, en el extremo sur de la isla cerca de Port Allen, es un punto brillante en la zona industrial de la bahía de Hanapepe. La playa sirvió como basurero durante décadas, pero gracias al tiempo y la magia del océano, ha resurgido como una joya colorida que es un paraíso para coleccionistas, artesanos y fotógrafos.

Playa del Bigaral en Luanco, Asturias, España

Resguardada por la costa, este arenal de apenas setenta metros de largo y treinta de ancho, fue utilizado durante decenios como vertedero de vidrio. Con las mareas y la acción del mar muchos de los cristales fueron rompiéndose formando una playa de cuentas de cristal pulidas y redondeadas. Hoy en día aún quedan cientos de cristales de colores que cubren la playa y que en días soleados desprenden reflejos verdes y marrones aunque cada año se ve con preocupación cómo disminuyen por la acción de muchos visitantes que se llevan los cristales de recuerdo.

Playa Sea Glass y Playa de Black Bay, Bermudas, Reino Unido

La mayoría de las playas de las Bermudas tienen rastros de vidrio marino esparcidos por todas partes. Las playas Sea Glass y Black Bay, ubicadas cerca unas de otras en el extremo occidental de las Bermudas, seguramente complacerán incluso a los aficionados más exigentes. Mientras los viajeros deben buscar restos en otras costas de las Bermudas, aquí pueden encontrar montones de vidrio.

Playa de cristal, Port Townsend, Washington

En el pasado, McCurdy Point era un lugar privilegiado para deshacerse de la basura, antes de que los ambientalistas y promotores inmobiliarios intervinieran. Hoy en día, los viajeros que llegan a esta playa encontrarán algunos de los cristales de playa de la más alta calidad, así como tiendas que vende impresionantes creaciones hechas con él.

La playa también es un lugar privilegiado para los geólogos aspirantes que buscan descubrir piedras semipreciosas como el basalto, el cuarzo y el jaspe.

Playa Chemical y Playa Seaham norte, Inglaterra

La Playa Chemical obtuvo su nombre de la cercana “Watson, Kipling and Co.´s Chemical Works”. Fue construida en 1863 y pronto comenzó a comercializar cristales de soda y magnesio. La compañía tuvo éxito y envió un cargamento por semana a los mercados de Londres y Ostende. El área también contaba una fábrica de botellas de vidrio y la fábrica de carbón.

El vidrio residual de las botellas era desechado directamente al mar aquí y ahora se lava como vidrio marino, todo liso, coloreado y desgastado. Todavía se pueden encontrar piezas desde pequeñas a bastante grandes.

Playa de Summerland, Santa Bárbara, California

Este tramo de costa a lo largo de la espectacular costa central de California está bastante despoblado. Aquellos que buscan la playa deben seguir las indicaciones a Loon Point, donde un pequeño sendero conduce al océano. Sólo asegúrate de prestar atención a la advertencia de marea baja, ya que es posible quedarse atascado en una cala cuando comienza la marea alta.

Los amantes del cristal marino deben deben visitar la zona el segundo fin de semana de septiembre, cuando Santa Bárbara organiza el Sea Glass & Ocean Arts Festival para exhibir las obras de extraordinarios artistas de vidrio marino.

Playa Flying Point y Playa Bailie, Nueva York

El East End de los Hamptons es conocido por sus famosos residentes, comida gourmet y lujosas propiedades inmobiliarias. ¿Pero sabías que también tiene fabulosas playas de cristal de mar? Al otro lado del East End hay decenas de buscadores de cristales que conocen los lugares escondidos para apreciar una multitud de tonos que viene en una variedad de colores brillantes, desde verde a marrón, el codiciado púrpura y el esquivo naranja y rojo. Mientras tanto, en la cercana Bailie Beach se encuentran los secretos mejor guardados de tesoros escondidos.

Islas Abaco, Bahamas

Este grupo de islas está ubicado en el norte de las Bahamas y está lleno de hallazgos para aquellos que están dispuestos a buscar.

A lo largo de los siglos, numerosos naufragios cerca de los arrecifes de los alrededores desecharon montones de vidrio y basura en el mar. Como resultado, los cayos deshabitados de los Abacos son algunos de los mejores del mundo para la caza de cristales de mar. Mejor aún, siguen siendo un secreto para la mayoría de los viajeros.

Playa de cristal del mar, Okinawa, Japón

Como otras de la lista, esta playa en la isla de Okinawa, en Japón, se usó una vez como vertedero. Hoy, para el deleite de los admiradores, muestra un verdadero arcoiris de colores, incluyendo tonos relativamente raros como rojos, púrpuras y amarillos. Incluso se puede encontrar ónix oscuro.

El océano con su magia ha transformado lo que el hombre desecha en bellas piezas de cristal. Una preciosa lección de resiliencia.

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