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Increíbles y comestibles (Incredible Edible) es una maravillosa e inspiradora propuesta, tan sencilla que hasta parece ingenua.

Una pequeña localidad inglesa de apenas 15.000 habitantes, llamada Todmorden, situada a veinte minutos de la ciudad de Manchester, se ha hecho célebre mundialmente por un innovador proyecto de agricultura urbana local. La idea es grandiosa por su simpleza, se señalan 70 espacios públicos donde se pueden cultivar verduras, hortalizas, plantas medicinales y frutales. Posteriormente un grupo de 300 personas voluntarias se encargan del mantenimiento y cuidado, durante un mínimo de dos mañanas al mes. Cualquier persona, residente o turista, puede servirse cuando llega la hora de la cosecha.

Cuando dos mujeres comenzaron a convertir los bordes en desuso en la antigua ciudad de Todmorden en parcelas de huerta gratuita, no se dieron cuenta de que inspirarían un movimiento mundial de productores.

Es una idea simple: destinar partes no utilizadas o poco atractivas de tierras públicas para plantar alimentos para abastecer a la comunidad. Lo que no es tan simple es donde lo están haciendo. Todmorden es una antigua ciudad de molinos en el valle de Calderdale en Yorkshire. Llueve mucho, no hay mucho sol y ha sufrido grandes inundaciones en los últimos años. Pero aún así, los residentes de la ciudad continúan cultivando frutas y verduras lo mejor que pueden para que los locales los puedan recoger y comer.

No se trata simplemente del hecho de cultivar verduras colectiva y socialmente sino de articular un discurso sobre la importancia de la agricultura de proximidad, la reconstrucción del vínculo comunitario o la educación ambiental en un contexto de crisis climática y energética.

“Decimos que si puedes cultivarlo en Todmorden, puedes hacerlo en cualquier lugar”, dice Estelle Brown, una de las miembros fundadoras de Incredible Edible Todmorden (IET).

Este lema ha resultado ser verdadero más allá de simplemente cultivar alimentos. Desde que un grupo de una docena de residentes comenzó a cultivar jardines en marzo de 2008, cientos de personas de todo el Reino Unido y el extranjero han viajado hasta aquí para ver cómo lo hacen. La noticia se difundió a través de la cobertura de los medios y los miembros del comité de IET que viajaban para dar charlas. Han recibido llamadas y visitantes de Nueva Zelanda y Japón, a Francia y Alemania, y ahora hay hasta 500 grupos de productores de alimentos de la comunidad en todo el mundo que usan el nombre de Incredible Edible, Les Incroyables comestibles e Increíbles y comestibles.

Nadie está intentando clonar lo que hace Todmorden, pero el modelo está adaptado para satisfacer diferentes necesidades. “Si lo estás haciendo por tu comunidad, tiene que ser por tu comunidad”, dice Brown.

En Kinshasa, República Democrática del Congo, el grupo apoya a los agricultores y los niños de la calle, ayudándoles a obtener documentación y educándolos sobre los alimentos.

“La autonomía alimentaria y la alimentación orgánica, eso es lo que nos inspiró”, escribe Addico Charly de Incredible Edible Kinshasa.

En Francia, el movimiento se ha arraigado como Les Incroyables Comestibles, con 300 grupos en todo el país. Hay grupos hermanos en MéxicoColombia, BrasilIsrael, Palestina, todos cultivan alimentos para compartir con otros.

“Hace diez años, fue el comienzo del declive económico mundial, había mucha preocupación por el cambio climático, pero nada estaba sucediendo realmente. Y en esta ciudad comenzamos a ver la presión en los servicios públicos, había más basura, y pensamos, ¿cómo podemos hacer algo que cree comunidades más fuertes?“, dice Mary Clear, presidenta de IET.

– Cultivar alimentos fue su respuesta.

Planta, riega, comparte, come. ¡Inspírate!

Para conocer más acerca del proyecto Incredible Edible cliquea aquí


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