🌞 Villa Girasole, la casa que gira siguiendo al Sol
Seguramente habrás visto alguna película de Ciencia Ficción o quizá leído en una novela, la idea de una vivienda que podía girar sobre sí misma en torno a un eje, de manera que pudiera orientarse a donde quisiera su inquilino.
Esta idea puede parecer sorprendente hoy pero más aún lo era en la década del ’30, hace ochenta años. En efecto, pero hubo un soñador que trató de poner manos a la obra a su sueño y llevarlo a la práctica.
Y de hecho, ¡lo consiguió! Angelo Invernizzi era un ingeniero italiano, que en los años ’30, tras seis años de trabajo, presentó la que bautizó muy apropiadamente como Villa Girasole. Una innovadora casa situada en Marcellise, cerca de Verona, Italia, que rotaba siguiendo al sol desde el albor hasta el ocaso.
El ingeniero Invernizzi trabajó en equipo con el ingeniero mecánico Romolo Carapacchi, el decorador de interiores Fausto Saccorotti y el arquitecto Ettore Fagiuoli, pero también invitó a participar a todo aquel que quisiera colaborar: artistas, escultores, pintores, carpinteros y fabricantes de muebles.
Las obras empezaron en 1931 y no terminaron hasta 1935 porque sólo se realizaban durante los meses de verano, y fue el el 14 de noviembre de 1933 el día en el que giró por primera vez. Considerada una obra maestra del racionalismo, el art déco y el futurismo, la Villa está compuesta por un cuerpo circular fijo parcialmente insertado en la colina, sobre el que descansa un cuerpo giratorio en forma de V, dos pisos sobre rasante y un solarium.
La Villa Girasole gira en torno a la escalera con ascensor. Este último llega hasta una torreta (que recuerda los faros de la ciudad de Génova, donde vivió y trabajó el ingeniero Invernizzi). La rotación se confía a los rodillos que recorren carriles circulares y se apoyan en un cojinete de empuje de acero.
La estructura de hormigón armado se amortiguó con paredes de ladrillo, en el cuerpo fijo, y con un innovador sistema de paneles de Eraclit (madera y magnesita introducidos en 1925), que garantizaban cualidades de ligereza y aislamiento. La parte móvil de la Villa ha sido cubierta con láminas Alluman (láminas de aleación de aluminio producidas por la compañía de Milán Light Aloying Processing), que le dan un aspecto brillante y una sensación de ligereza aeronáutica al edificio.
Para completar la fachada, debe recordarse que las persianas, de color azul claro, se accionan eléctricamente mediante controles colocados en las mesas de noche de las habitaciones.
En la planta principal, aquella destinada a mirar siempre al sol para que la bañasen la luz y el calor de sus rayos, se situaban el comedor, la sala de estar, el estudio del autor, la sala de música, la cocina y el baño. En el siguiente piso, los dormitorios con sus respectivos aseos.
Al principio se pensó que el edificio únicamente girara 180° pero luego se incrementó a 360° en cada ciclo, que duraba nueve horas y media y seguía la trayectoria de las agujas de un reloj. A pesar de sus 1500 toneladas de peso, esto era posible gracias a dos motores diésel que proporcionaban potencia suficiente para el movimiento circular sobre rieles.
Lamentablemente, la tecnología de entonces no era la más adecuada y cada vez que Villa Girasole completaba una vuelta era un paso más hacia el final del novedoso sistema giratorio, ya que se iba hundiendo en el terreno.
La Villa era la casa de vacaciones de la familia Invernizzi e incluía una cancha de tenis colgante, una piscina con un tobogán de hormigón armado, y un pequeño cuerpo de agua, ubicado en 11 hectáreas de parque.
Aunque ya no gira para preservar el conjunto, ocho décadas más tarde el mecanismo sigue técnicamente operativo.
La Invernizzi Foundation y la Academia Mendrisko de Arquitectura de Suecia se encargan actualmente de su protección.
Lo que en el siglo pasado fue un sueño, hoy inspira otra realidad en Australia. Fruto de los avances en el campo de la tecnología y la arquitectura aplicadas con criterio de sostenibilidad y eficiencia.
A comienzos de 2013 se levantó en el barrio Crace en Canberra, otro edificio que rota, una nueva versión de aquel proyecto pionero, cuyo nombre Girasole inspira y evoca los grandes sueños de Angelo Invernizzi, mejorados gracias a los avances técnicos en la construcción.
La casa es un ejemplo de edificación sostenible y del uso de la tecnología para crear arquitectura autosuficiente: el techo está cubierto por paneles solares que producen energía eléctrica suficiente para abastecer el conjunto y permitir que realice una vuelta completa en menos de diez minutos, todo ello manejado mediante pantallas táctiles.
Breve historia de la Villa Girasole