Ciudad Frutal donde la Fruta crece en la Vereda y es de Todos
Necochea Ciudad Frutal es un colectivo autogestionado que promueve activamente la plantación de árboles frutales en espacios públicos y genera huertas comunitarias en la ciudad balnearia de Necochea, al sur de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina.
El objetivo es la libre disponibilidad de alimentos sanos, sin agrotóxicos, para quien lo necesite. También promueve el intercambio de experiencias locales relacionadas al trabajo de la tierra, el fomento del autocultivo de alimentos con manejo agroecológico, la incorporación de especies y recursos en huertas urbanas y el embellecimiento de espacios ociosos.
Juan García y Eugenia Podlesny se iniciaron en esta aventura que comenzó hace casi una década con un limonero que pretendían tener en el fondo de su casa y para el que ya no había suficiente lugar. Por eso pensaron en colocarlo en el frente de la vivienda, consultaron normativas en la municipalidad y se entusiasmaron con una idea que pudiera ser replicada por los distintos barrios.
El proyecto Necochea Ciudad Frutal surge con la iniciativa de plantar frutales y generar huertas orgánicas en lugares públicos a fin de generar alimento sano y gratuito para todas las personas, recuperando, al mismo tiempo, el arbolado urbano perdido que en esa ciudad ronda los 10.000 árboles.
Necochea es conocida como la ciudad del viento pero este proyecto estimula la plantación de árboles con la consigna de “Dejemos de ser la ciudad del Viento, ¡Seamos la primer CIUDAD FRUTAL!”
Necochea está en el medio de una zona de alta exposición de agrotóxicos, en los campos que rodean la ciudad balnearia se planta soja y es muy común ver cómo los aviones fumigadores pasan con su carga de muerte sobre los campos. Necochea Ciudad Frutal es un grupo de resistencia al avance sojero y se manifiesta plantando árboles frutales en las veredas de la ciudad.
Una muestra de su emprendedor activismo es la huerta del Hospital Municipal “Emilio Ferreyra” al que abastecen. Además enseñan a los niños a trabajar la tierra y a cocinar sus alimentos.
“La verdad es que es un sueño hecho realidad y tiene mucho simbolismo, porque más allá de abastecer al hospital, le permite a cada ciudadano necochense venir y apropiarse de un pedazo del hospital y que a su vez lo cuide. La huerta tiene berenjenas, zapallitos, tomates y distintas aromáticas. Esto lo ha hecho el ciudadano de Necochea. (El personal del hospital) se ha hecho cargo de la huerta, con el cuidado de cada día, regándola, extrayendo lo maduro y también participando con la plantación de distintos frutales, como damascos, ciruelos y limoneros”, relata la directora del Hospital Municipal, Dra. Sandra Hansen.
En 2018 el colectivo lanzó una original iniciativa con la promoción de un concurso de huertas particulares urbanas en Necochea y Quequén premiando a los vecinos que produjeran sus propios alimentos de manera orgánica. Para autogestionarse preparan dulce con las frutas que recogen de los árboles y las venden venden en ferias.
Necochea Ciudad Frutal es uno de los pocos grupos autogestivos de la Argentina que han decidido cambiar la realidad de la ciudad en la que viven. Saben que no tendrán ayuda oficial, pero esto es una ventaja porque tienen la puerta abierta para recibir la mejor ayuda: la de los vecinos y la de aquellos que entienden que una mejor alimentación depende de acciones directas que tomemos en nuestra vida, todos los días. Alrededor de Necochea podrá haber miles de hectáreas sembradas de soja, pero dentro de la ciudad, un puñado de niños ya saben cocinar con las hortalizas que cosechan. La soberanía alimentaria está ganando una batalla en la ex ciudad del viento, y hoy Ciudad Frutal.
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