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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, más conocida como la FAO, distinguió a las 10 mejores ciudades en la región, que tienen integrada la práctica de cultivar en sus suelos urbanos de manera masiva, práctica que el organismo promueve desde 1999 en el mundo por sus múltiples beneficios.

Usar el suelo de la ciudad para transformarlo en un espacio para cultivar, además de proporcionar alimentos a sectores pobres de las zonas urbanas, ayuda a reducir la huella ecológica de las ciudades, reciclar residuos, proteger la biodiversidad, contener la expansión de la ciudad, y estimular la economía, entre varias cosas más.

“Se estima que más de 800 millones de personas están involucradas en la agricultura urbana y periurbana”, dijo Makiko Taguchi, agrónoma de FAO.

Las ciudades de América Latina y el Caribe son cada vez más verdes. Para que esa tendencia se consolide, es necesario que los huertos urbanos y periurbanos cuenten con el apoyo de los gobiernos nacionales y locales.

Estas son algunas ciudades de Latinoamérica donde la agricultura urbana ha permitido abastecer de alimentos a su población, generar sentido de comunidad, y aportar con el entorno y medioambiente. Conoce qué es lo que hacen para lograrlo.


1. Rosario, Argentina

Situada junto al río Paraná, a 300 km al norte de Buenos Aires, con 1,35 millones de habitantes, el área metropolitana de Rosario es la tercera aglomeración urbana de Argentina y una de las más prósperas. En febrero de 2002, el Gobierno Municipal respondió a la crisis con el lanzamiento de un Programa de agricultura urbana en colaboración con dos socios claves: Pro-Huerta, un programa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria iniciado y una ONG rosarina, el Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas (CEPAR).

Desde entonces, la agricultura urbana de Rosario ha evolucionado paralelamente a la recuperación económica de Argentina y al resurgimiento de la ciudad como centro industrial, comercial y de servicios. Hoy en día, el número de habitantes de la ciudad que practican la horticultura es de alrededor de 1 800, de los cuales 250 son productores a tiempo completo organizados en la Red de Huerteras y Huerteros.

A nivel local, la promoción de la agricultura urbana constituye una política pública de la Municipalidad de RosarioRosario es una de las pocas grandes ciudades de América del Sur que han incorporado plenamente la agricultura en su planificación del uso del suelo y en las estrategias de desarrollo urbano.

En 2014, el cinturón verde comprendía más de 30 ha de tierra dedicada al cultivo de verduras, hortalizas, frutas y plantas aromáticas y medicinales. La piedra angular del cinturón verde de Rosario son sus innovadores parques huerta: cinco grandes zonas ajardinadas, con una superficie total de 72 ha de tierra, que se utilizan para la agricultura, además de para actividades culturales, deportivas y educativas. La horticultura se practica en 24 ha de la superficie total.


2. La Habana, Cuba

En la actualidad, La Habana es la reina de las ciudades “verdes”: 90.000 residentes practican la producción de alimentos, ya sea cultivando huertos caseros o trabajando en los huertos y las granjas pecuarias comerciales de la ciudad.

Hoy se producen más de 60.000 toneladas de hortalizas y 1.700 toneladas de carne al año, pues en la capital de la isla, la agricultura urbana es una costumbre hace un par de décadas. Esto ha traído beneficios comprobados, como la seguridad alimenticia, la mejora de la nutrición infantil, el fomento del empleo y el resurgimiento de valores sociales.

Uno de sus grandes logros son los organopónicos, cultivos en terrenos pequeños y de baja calidad de suelo, que permitieron suplir las deficiencias en el suministro de alimentos tras el colapso de la Unión Soviética. Son 97 huertos de este tipo que suman 39.500 hectáreas, unos 89 mil patios y 5.100 parcelas menores de 800 m2, están dedicadas al consumo doméstico para alrededor de 90 mil habitantes y se han establecido unos 3.000 círculos de interés, donde técnicos y productores locales enseñan a niños y jóvenes diferentes prácticas para fomentar la agricultura en los espacios grises.

Con la experiencia en estos últimos veinte años, notaron que para que la agricultura urbana sea productiva y sostenible, debe adaptarse a las condiciones físicas del entorno urbano, al potencial y a los recursos locales. Y dentro de los últimos planes de la ciudad en el ámbito, está el producir más biofertilizantes y semillas, los servicios de apoyo a los agricultores y fortalecer sus capacidades (manejo de infraestructuras, tecnologías de ahorro de agua y control de plagas y enfermedades).

3. Quito, Ecuador
Quito es una de las capitales más verdes de la región. El proyecto piloto se inició en el barrio El Panecillo, una colina en pleno centro de la ciudad, según recoge la investigación de la FAO.

Ahora, el programa municipal de agricultura urbana proporciona a los vecinos de 32 parroquias de la ciudad semillas y plántulas, insumos, materiales y formación. El Proyecto Agrupar ha sido de los más exitosos, logrando instalar unos 1.072 huertos, donde 140 son comunitarios, 800 familiares, 128 de escuelas u otras instituciones e incluso hay 314 unidades de producción de animalesde granja. Gracias a esto, se cultivan alrededor de 400 toneladas en estos espacios al año.

La gracia de Quito es que fue pionera en llamar a las ciudades de la región a comprometerse con el desarrollo de la agricultura urbana, para reducir la pobreza, la inseguridad alimentaria y el deterioro del medio ambiente. En el año 2000, se firmó la Declaración de Quito junto a otros municipios de América Latina y el Caribe que se comprometieron a desarrollar la agricultura urbana.
La ciudad ha demostrado que la agricultura intensiva es posible y que ayuda considerablemente a reducir la malnutrición, reforzar la seguridad alimentaria y también generar empleo e ingresos. Naturalmente, los programas de desarrollo agrícola del país se han centrado en áreas rurales y por eso es importante lograr un apoyo político y financiero aún mayor para las ciudades.

4. Ciudad de México, México

El área metropolitana de la Ciudad de México conforma una de las aglomeraciones urbanas más grandes del mundo. En su corazón se encuentra el Distrito Federal —Ciudad de México—, con una población de 9,4 millones. La mayor parte de la agricultura del Distrito Federal de México puede calificarse como periurbana e incluso suburbana. Pero aunque incipiente, la producción urbana de alimentos está aumentando y el gobierno del Distrito Federal está promoviendo la agricultura sostenible en las zonas rurales y la producción de alimentos en la propia ciudad.

Como ejemplo se menciona el Huerto Romita, un huerto demostrativo de unos 56 m2, situado en el corazón de la Ciudad de México, que proporciona un espacio comunitario para la producción de hortalizas y en el que se enseñan técnicas de permacultura. También se desarrollan actividades con huertos escolares y se instalan huertos individuales a domicilio y de carácter comunitario para uso de la vecindad.

Unas 22.800 hectáreas de tierra se dedican a la producción de cultivos, principalmente en las delegaciones de Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. En estas zonas se producen maíz, frutales, hortalizas y animales para el consumo familiar y la venta local, pero también hay una producción a mayor escala de nopal (chumbera), amaranto, hortalizas, hierbas y plantas ornamentales para los mercados urbanos y regionales.

Un avance importante fue la creación en 2007 de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC), que lidera los esfuerzos municipales en favor de una producción sostenible, libre de agroquímicos y, en ciertos casos, completamente orgánica.

También menciona el informe diversas iniciativas públicas y privadas para crear azoteas verdes. Entre ellas, un programa de la Secretaría de Medio Ambiente ha ayudado a instalar camas de plantas suculentas en más de 12.300m2 de azoteas, en escuelas, hospitales y museos.


5. Lima, Perú

De acuerdo al informe, la capital de Perú se enfrenta a varios desafíos. El río Rímac es la base de suministro de agua para sus 9,6 millones de habitantes y se usa para irrigar gran parte de sus 12.500 hectáreas de tierras agrícolas periurbanas. Pero también es el principal destino de eliminación de residuos. Además, con una población que aumenta en casi 200.000 personas por año, hay más demanda de alimentos y más presión de la expansión urbana sobre las tierras productivas. La expansión urbana también ha generado una importante presión sobre los recursos hídricos, con consecuencias negativas para la agricultura.

La agricultura intensiva fue el fundamento de las civilizaciones que emergieron en la árida costa central del Perú hace 7 000 años. En la actualidad, Lima es la quinta ciudad más poblada de América Latina, con cerca de un tercio de la población total del Perú, y, con una precipitación anual media de apenas 25 mm, es la segunda ciudad más grande del mundo enclavada en un desierto, después de El Cairo. La agricultura periurbana actualmente produce una amplia variedad de cultivos, principalmente hortalizas, frutales, plantas ornamentales, maíz y forraje.

Un proyecto propone reducir la presión sobre los recursos hídricos y aumentar la producción de alimentos depurando y reutilizando 300 millones de aguas residuales al año para irrigar zonas verdes y áreas agrícolas.

En 2013, el gobierno peruano inauguró la mayor planta de tratamiento de aguas de América del Sur, con capacidad para tratar el 75% de los efluentes generados en el área municipal y está construyendo otra planta para aumentar la cobertura al 100%, resalta la FAO.

Reutilizando la mitad de sus aguas residuales, Lima podría regar 28.000 hectáreas de parques y áreas verdes y cerca de 10.800 hectáreas de terrenos agrícolas, según un estudio de la Comisión Europea.

Además, el gobierno de Lima Metropolitana puso en marcha un programa para promocionar la agricultura urbana en los 43 distritos de la ciudad.


6. Antigua y Barbuda
El 10% de la población de este pequeño país se abastece de huertos urbanos domésticos que producen hasta 280 toneladas de vegetales al año. Esto es resultado del Programa de Horticultura Doméstica que creó el gobierno, luego de que la inflación y el huracán Omar afectaran notablemente la producción de alimentos en 2008. El plan fue exitoso al punto que de todas las hortalizas que se consumen, un 7% proviene de estos huertos citadinos.
A futuro quieren crecer más y su objetivo es cultivar 1.800 toneladas anuales de hortalizas en los patios de los ciudadanos. Dentro de los desafíos para mantener el sistema, está el acceso a los recursos en familias vulnerables, reducir la dependencia del abastecimiento interno de agua, que es escaso, a través de reciclaje de aguas grises en pequeña escala y la creación de redes de horticultores para que puedan compartir experiencias, tecnología e información entre ellos.

7. Managua, Nicaragua
Muchas familias duplicaron su consumo de hortalizas, gracias a que educaron a los habitantes de la ciudad en las buenas prácticas hortícolas, para que las aplicaran en sus patios traseros. El éxito del proyecto de los huertos en la ciudad, hizo que el Gobierno incluyera los conceptos de agricultura urbana y periurbana en su Plan Nacional de Desarrollo Humano (Pndh) y pusiera en marcha el Programa solidario Patio Saludable, para fomentar la producción de alimentos en zonas urbanas.
Todo para garantizar que las familias nicaragüenses más necesitadas puedan acceder a una alimentación suficiente, nutritiva, sana e inocua. Hoy, 13.000 jóvenes capacitados brindan asistencia a los participantes en el Pndh, que ya ha beneficiado a 76.000 familias en la creación de huertos con frutales, hortalizas, especias y pretende construir 120.500 huertos en el país, de los cuales casi el 50% estarían en Managua.

8. Belo Horizonte, Brasil
De 50 a 30 millones bajó el número de personas con “inseguridad alimentaria”, desde que se empezó a desarrollar la agricultura urbana en la ciudad (1988). Cultivar la ciudad forma parte de un programa de alimentación que beneficia a más de 300.000 ciudadanos a diario, donde se promueve esta práctica, pues no solamente es considerada como un uso legítimo del suelo, sino que como un gran medio para el desarrollo social y comunitario.
La clave para educar han sido los huertos escolares, que se han establecido en escuelas primarias y preescolares con un total de 96.000 alumnos. También se distribuyen gratuitamente plántulas de árboles frutales a otras instituciones y a grupos de personas que habitan favelas de bajos ingresos, donde miembros de la comunidad son escogidos para cuidar de ellos.
Hoy existen 185 huertos de verduras y 48 huertos de frutas, que aportan 50 toneladas de alimentos al año, cifra bastante más baja que en otras ciudades, pero que tiene un crecimiento sostenido gracias a la participación de las personas, lo que ha derivado también en el fortalecimiento de las redes sociales.

9. El Alto, Bolivia

A principios de los años 2000, más del 70% de la población de esta ciudad boliviana vivía en situación de pobreza y alrededor del 40% de los niños menores de 5 años estaban malnutridos debido a un consumo extremamente bajo de proteínas animales, frutas y verduras.

La FAO y el gobierno municipal de El Alto desarrollaron un proyecto para promover la producción de verduras durante todo el año en huertos familiares.

Este plan de agricultura urbana ha tenido un impacto duradero y positivo en los barrios más pobres de la ciudad de 890.000 habitantes, asegura el organismo. En un año, dice el informe, un típico invernadero de adobe de El Alto produce seis cosechas de acelga y rabanitos y casi una tonelada de tomates. Los horticultores ahorran U$60 al mes en la compra de comida y tienen una ganancia de U$15 por la venta de excedentes.


10. Tegucigalpa, Honduras

Honduras está entre los países más pobres del mundo y tiene una de las tasas más elevadas de pobreza urbana de la región de América Latina y el Caribe. En la capital Tegucigalpa, con 1,2 millones de habitantes, casi la mitad del área urbana consiste en asentamientos informales.

En 2009, se seleccionaron cuatro de estos asentamientos para un proyecto pionero para crear huertos familiares en los patios. El impacto del proyecto, dice el informe, ha permitido mejorar la nutrición familiar a las comunidades.

Como resultado, hay abundantes cosechas de rábano, cilantro, lechuga y pepino y grandes ahorros en los gastos alimentarios de las familias.



Latinoamérica es actualmente la región más urbanizada del mundo, donde el 80% de su población vive en ciudades. Pero las tasas de pobreza urbana siguen siendo altas, por eso el rol de la agricultura dentro de ellas es muy importante y dependen en gran medida de la planificación.

La FAO asegura que “para crear ciudades más verdes es necesario el apoyo de los gobiernos, desde el nivel local hasta el central”.



Fuente: fao.org / fao.org.ONU /bbc.com
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