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Durante años, Michael Papadakis, concibió la creación artística de una manera tradicional, usando pintura y pincel. No fue hasta su último año de universidad cuando su maestro le recordó: “puedes hacer arte con cualquier cosa“.

En 2012, Papadakis compró un boleto de ida para ver el mundo, dirigiéndose a Asia Central, una parte del mundo de la que no sabía nada. Mientras caminaba, su mochila estaba pesada ya que estaba llena de lápices, pinturas y lápices de colores. La necesidad es la madre de la invención, señala.

“Vi una lupa en la mesa de mi amigo y pensé que apostaba a que funcionaría dibujar con ella. Salí y funcionó. Dije que ésta iba a ser la herramienta con la que viajar. Nunca voy a llevar un lienzo”, manifestó Papadakis.

Así que Michael comenzó a “dibujar” usando la lupa y la luz del sol para grabar sus creaciones en la madera. Empezó en Corea y viajó durante un año y medio, llegando finalmente a Grecia y Francia. Dejó su arte como una forma de pago por la hospitalidad de la gente a lo largo del camino.

“Me pareció mucho más interesante, es mucho más divertido. Con las pinturas, es un amplio proceso de limpieza de los pinceles, la creación de las pinturas, los malos olores. Una de las cosas que recuerdo con claridad es estar dentro con la pintura, mirando fuera de la ventana y ver lo soleado y hermoso que estaba, y desear poder estar afuera haciendo arte”, manifiesta Papadakis de 31 años.

Cuando Michael regresó a los Estados Unidos, también volvió a la música, su otro amor creativo, dejando el arte al margen durante aproximadamente un año. Pero luego se mudó de California a Colorado y el sol le hizo señas.

“El sol estaba tan brillante que me puse nostálgico de mi viaje y todas las montañas se veían como Asia Central. El sol estaba diciendo: ‘He vuelto. Pruébame otra vez'”, manifestó el artista.

Desde entonces, usando el arte del sol, Papadakis trabajó en muchos proyectos, como retratos, paisajes y señalizaciones, promocionando su obra como una fuente alternativa y ecológica de publicidad. Se refirió a su trabajo como heliografía. Sus herramientas son lupas, espejos y otras lentes.

El creador detalla que cada pieza lleva de 1 a 50 horas, dependiendo de su complejidad. Puede trabajar en cualquier lugar donde haya sol y eso incluye desde el primer rayo de luz hasta que llega al horizonte. Le gusta trabajar en lugares hermosos en la naturaleza, principalmente porque muestra el proceso y siente que el medioambiente es una parte clave del arte.

En la mayoría de los casos, se pone lo que él llama su atuendo de apicultor: una gran variedad de ropa protectora contra los rayos UV, un sombrero y gafas de sol. El sol, después de todo, está caliente y la exposición prolongada a sus rayos es peligrosa.

“Cuando comencé por primera vez, muchas veces dejaba mi lupa en la silla o la mesa. Solo estaba ‘encendida’ a la luz del sol, cuando el sol la golpeaba en el ángulo correcto. Y 45 minutos después, el sol se movía y de alguna manera “se encendía”. Una vez hice un agujero en mi mochila o mi sombrero”, recuerda Michael.

La mayor parte del trabajo del artista ahora es comercial. Ha realizado arte de performance en eventos en vivo y ha trabajado con compañías como GoPro, The Balvenie, Ripley’s Believe it or Not y TedX Mile High. Papadakis comparte su trabajo en su sitio web y redes sociales, como Instagram, donde es conocido como Sunscribes.

Papadakis espera inspirar sobre todo a los niños para que aprendan sobre su potencial creativo.

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