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¿No tienes acceso a tierra cultivable? ¿Te gustaría obtener un terreno para tener una huerta, con tu familia o con amigos? ¡El programa de jardines comunitarios de la ciudad de Montreal lo hace posible para ti!

Un jardín comunitario es una pieza de tierra dividida en pequeños jardines cultivados de forma autónoma por un sólo vecino o una familia.

La agricultura urbana es una actividad importante para la Ciudad de Montreal, Canadá y para quienes la habitan. El 42% de los vecinos de Montreal la practican de diversas maneras y algunos hace ya más de 10 años. 

“Al comienzo de la primavera empiezo con la tarea de remover la tierra y preparar mi espacio para plantar ajíes, tomates, ajo, zucchini y espinaca que pronto podré cosechar y disfrutar con mi familia y amigos. A veces intercambiamos la cosecha con algún vecino. Aprendo mucho conversando con otras personas mientras trabajo la tierra ¡Es un intercambio muy enriquecedor!”, dice Raquel Aloyz, vecina del Plateau de Montréal.

Los beneficios sociales, económicos y ambientales de la agricultura urbana son bien conocidos. La Administración de Montreal reconoce la importancia y apoya su desarrollo de varios modos.

Los puntos de agua, las herramientas y las áreas de relajación se comparten entre todos los miembros jardineros. Un grupo de voluntarios elegidos supervisa la administración general y la asignación de parcelas a los nuevos miembros. Algunos jardines también tienen un asesor hortícola para apoyar a los vecinos en su trabajo.

“El uso de pesticidas o plaguicidas está prohibido y el abono provisto por quienes supervisan nuestras huertas proviene de fuentes 100% orgánicas. No está permitido usar más del 20% del espacio para plantas ornamentales porque la finalidad es que lo que cultivamos sea para alimentarnos saludablemente”, agrega Raquel, mientras disfuta de su trabajo.

El programa de huertos municipales comenzó en 1975 y en la actualidad hay 97 huertos comunitarios. Desde 2002, con la adopción de la Ley 170 sobre la reorganización municipal, la administración del programa ha sido asumida por cada uno de los municipios. Dieciocho de ellos proporcionan a los ciudadanos parcelas de tierra con fines de jardinería.

Las áreas destinadas al trabajo de la tierra ofrecen a sus vecinos un valioso espacio para conectar con la Naturaleza, un remanso en medio de la actividad laboral, una fuente de alimentos saludables, y el mejor lugar para el disfrute y la inspiración en un entorno verde y natural.

Algunos distritos también ofrecen jardines adaptados para personas con movilidad reducida.

“Durante el verano, compartimos comidas comunitarias con los vecinos de la huerta, y disfrutamos el aire libre, nuestras cosechas y la compañía”, agrega Raquel.

Además de contribuir al desarrollo de un estilo de vida activo y saludable, los jardines comunitarios son lugares de reunión y socialización para las personas mayores. Contribuyen a la inclusión social. De hecho, cada equipo de vecindario promueve la diversidad social e intergeneracional.

Los espacios comunitarios se convierten entonces en un lugar importante de convivencia e intercambio social, y por lo tanto colaboran en aumentar el sentimiento de pertenencia a cada barrio.

Fuente: ville.montreal.qc.ca


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